Si hoy es miércoles, Dolores Álvarez te invita a leer
Es muy agradable leer a Francisco Mora, el fluir de sus palabras coincide con la cadencia de su voz, al leerlo parece como si lo estuvieras escuchando en una de sus charlas en las que tanta pasión pone y tanto transmite. Es bonito todo lo que en esta obra se escribe sobre la lectura, ha sido un disfrute leer sobre el proceso cerebral de la lectura, cómo los entresijos cerebrales vienen a confluir para que a cierta edad vayamos comprendiendo eso que está escrito negro sobre blanco, que nos llena tantos momentos del día, que nos emociona, que nos produce la curiosidad necesaria para que sigamos avanzando y aprendiendo a cualquier edad.
Me faltaría una segunda parte, más práctica que teórica, donde se explicaran las técnicas necesarias para inspirar hacia esa bonita costumbre de leer, para que el adolescente lea por emoción-curiosidad y no por obligación. Desde su dedicatoria (a los maestros), sus recuerdos de cuando empezó a leer, hasta su glosario, nos hacen sentir la necesidad y la importancia de la lectura como medio de crecimiento personal.
Sinopsis: Este libro trata de esos vericuetos del cerebro por donde corretean las letras, y de cómo con ellas se enciende una nueva luz para uno mismo y el universo que contempla. Y del largo camino que entrelaza lenguaje y lectura. Y también, sobre todo, de cómo se aprende a leer. Pues la lectura transforma el cerebro en su química y en su física, a través de procesos de «recableado neuronal» en los que el cerebro «reinventa» caminos que logran, por ejemplo, que las personas ciegas o los niños que tienen dificultades con la lectura puedan leer bien y alcancen una fluidez de lectura tan alta como la de cualquier otra persona. La neuroeducación nos señala la importancia de esos mecanismos que son la emoción y el chispazo de la curiosidad, y con ellos la apertura de esa ventana que es la atención, y los mecanismos conscientes que nos conducen al aprendizaje y la memoria. (Alianza, 2020)
Francisco Mora es doctor por las universidades de Granada (España) y Oxford (Inglaterra). Es profesor de Fisiología Humana en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y profesor adscrito de Fisiología Molecular y Biofísica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Iowa en Estados Unidos. Es autor de varios libros de ensayo, entre los que destacan El reloj de la sabiduría (2005) y Neurocultura (2007).
«Este libro sobre la lectura está escrito bajo el foco de dos ideas básicas. La primera ha sido la de proporcionar al lector un conocimiento actualizado y, en la medida de lo posible, accesible sobre la lectura y el cerebro. Y la segunda, la de introducir los fundamentos neurobiológicos básicos del papel de la emoción en la lectura, un aspecto central frecuentemente omitido o muy poco tratado en la mayoría de los libros «sesudos» que tratan sobre este tema».
Ayer, precisamente, estuve observando a una niña de siete años que disfrutaba leyendo, se le veía con mucha soltura, aislándose de lo que la rodeaba. Hablé con la madre para manifestarle mi alegría por verla disfrutar leyendo y me comentó que se había educado en Irlanda donde a la lectura se le da mucha importancia desde los primeros años y que era verdad que ella leía mucho y que disfrutaba, sus premios eran comprarle libros y ella tan contenta. ¿Estamos dando en nuestras escuelas la suficiente importancia a la lectura?
A hablar se aprende cuando tienes personas que te rodean y te hablan, de forma espontánea porque el cerebro viene preparado para que así suceda; sin embargo leer, y leer bien, requiere de un laborioso proceso de aprendizaje donde la atención, la emoción y el entrenamiento nos ocupa a lo largo de la vida. La dimensión social e individual de una persona puede medirse por lo que ha ido leyendo a lo largo de su vida. Leer es un acto íntimo que te hace crecer, te da madurez y te hace sentir las emociones que el escritor transmite en su obra, siempre que leas con emoción sobre algún tema que te guste.
Cada persona que lee un libro le da su carácter personal, en ello influyen los sentimientos, las emociones, toda la trayectoria antes de la lectura… por eso cada obra que se escribe no tiene un único fin, a cada persona le puede suponer un punto de vista distinto, es importante asumir esto cuando se toma la lectura en las escuelas como una obligación y se pone un examen al final del proceso. Desde mi parecer es lo más contrario al acto de leer por gusto, por puro placer, por satisfacer esa parte cultural y de curiosidad que con la debida atención te pide tu mente.
Con la lectura crecemos, nos culturizamos y avanzamos en nuestro proceso de aprendizaje a lo largo de toda la vida. Es un placer leer a los que también han sabido transmitir sentimientos cuando escribían.
Libro muy recomendable para toda persona curiosa en conocer el proceso cerebral que se produce en el aprendizaje de la lectura.
«La emoción de las palabras, sean estas habladas o escritas, va mucho más allá de lo reseñado. Tanto para que hoy ya sepamos que sin emoción no hay propiamente procesos mentales bien ensamblados y coherentes, ni tampoco ese mundo tan genuinamente humano, que son los sentimientos».
«Mi homenaje a los maestros que nos enseñaron a leer» Francisco Mora
Este artículo se publicó originalmente en el blog de la autora “La Colina de Peralías” el día 8 de julio 2020. Puedes verlo aquí