OTRA INTROMISIÓN NEOLIBERAL EN LA EDUCACIÓN

Un fin de semana cualquiera, encima de la mesa, me suelen esperar algunos amigos que, para mi suerte, se llaman Antonio Muñoz Molina, Carlota O’Neill, Luis García Montero o Juan Manuel Romero. Pero, como suele pasar cada fin de semana, hay obligaciones, restricciones más allá de la pandemia, falta de tiempo, incluso sueño que recuperar. De modo que los cálculos lectores generosos que uno se hacía el viernes por la tarde a veces se quedan en poco o en nada el domingo por la noche.

Ilustración de Patricio Betteo

            Como ya sabemos, hay sobre todo obligaciones, que unas veces tienen que ver con el ámbito doméstico y otras con el laboral. En este último, este fin de semana ha tocado leer con detenimiento, entre otras cosas, la Orden de 15 de enero de 2021 acerca de la organización de la ESO en nuestra querida y sufrida Andalucía educativa, las Instrucciones de 8 de marzo de 2021, que versan sobre de la gestión de la Orientación en Séneca, y ya metido en el lunes unas Aclaraciones firmadas el 3 de mayo del corriente acerca de los Programas de Atención a la Diversidad. Dice Benjamín Prado en un aforismo de su libro Pura Lógica que ‘Lo que importa de un poema es en quién te convierte’ y a su protegida Elvira Sastre le he leído en alguna entrevista que ‘Nadie sale indemne de un buen poema’. Pues algo así me ha pasado a mí con estas lecturas tan prosaicas, pero mucho me temo que no en el sentido que parecen apuntar Prado y Sastre: de la lectura de estos textos administrativos he salido bastante dañado en el ánimo, confundido, ojiplático y muy indignado; espero no convertirme, por tanto, en un hooligan y que mis palabras surjan del manantial sereno machadiano sin renunciar, por ello, a mi cuota jacobina.

            De entre todo lo que se desarrolla en la orden antes citada y concretan a su manera las instrucciones y las aclaraciones, lo que más me revuelve las entrañas es lo referido a la atención del alumnado con dificultades de aprendizaje (en la jerga educativa DIA) y el que se encuentra en el ámbito de la Compensatoria (COM). Partiendo de la base de que todo alumno/a es un mundo y su atención ha de ser lo más individualizada posible, como afirman todas las leyes educativas que de un tiempo a esta parte han sido; partiendo, además, de la evidencia de que cada uno evoluciona de una manera muy particular y que el paso por la etapa educativa obligatoria está surcado de altibajos -más o menos, como el resto de la vida-; partiendo, finalmente, de la sospechosa casualidad de que ciertas dificultades en el desarrollo educativo del individuo muchas veces vienen condicionadas -cuando no determinadas- por un entorno económico, social y/o culturalmente desfavorecido; parece que la conclusión a la que podemos llegar es que, al retirar esta Orden uno de los recursos educativos que se le prestaba al alumnado DIA y COM, las archiconocidas Adaptaciones Curriculares No Significativas (ACNS), y sustituirlo por un engendro abstracto y amorfo como son los llamados Programas de Refuerzo del Aprendizaje, el sustrato ideológico que sostiene a dicha Orden incide por enésima vez en la degradación -aún más si cabe- de la atención del alumnado con dificultades, ahonda de paso las diferencias sociales y abre otra vía de agua en la ya maltrecha nave de la enseñanza pública. Porque, si mi hijo/a tiene este tipo de dificultades y me lo puedo permitir, lo matricularé en la privada, donde parece que todo puede llegar a tener solución gracias al birlibirloque del dinero; y, si no lo puedo pagar, echaré pestes del sistema público de enseñanza -sin saber quizá que estoy tirando piedras en mi propio tejado-, lo denigraré, ya que no puedo o no quiero ir más allá de mis circunstancias individuales, e incluso se puede dar el caso de que me ponga violento con el profesorado que ha de atender a mi niño/a y que no llega a hacerlo por falta de recursos humanos, de tiempo, de herramientas,… Algo así como cuando, en estos tiempos de pandemia, pretendo ir al médico y sé que solo me van a atender por teléfono (y gracias), a pesar de que en los medios  he oído al consejero del ramo asegurar la atención presencial desde principio de marzo.

            Esto no es más que uno de tantos efectos de la tormenta perfecta en la que nos tiene metidos el neoliberalismo educativo; de tan aturdidos que estamos por sus patrañas y engañifas, no somos capaces de contemplar de otro modo la realidad. No es que las ACNS fueran la solución idónea para la atención del  alumnado con dificultades de aprendizaje, porque aquí podríamos extendernos en sus contradicciones y fallas prácticas, pero al menos eran una herramienta específica, precisa e individualizada, algo que no se puede afirmar del cajón de sastre que suponen los Programas de Refuerzo del Aprendizaje. Es como ese mantra que la ideología neoliberal ha incrustado en el imaginario colectivo del ‘al menos tengo trabajo’, aunque este se defina esencialmente por una explotación salvaje. El problema se agrava, porque ahora no tenemos ni trabajo, no tenemos ni ACNS.

            No sé  por qué me  dejo enfangar en fin de semana por la prosa arisca del BOJA y dejo a un lado las lecturas amigas.

Juan Carlos Sierra Gómez. Profesor de Lengua y Literatura, y Director del IES Pésula de Salteras. Su último libro es Ciclotímicos (Editorial Sílex).

Una respuesta a “OTRA INTROMISIÓN NEOLIBERAL EN LA EDUCACIÓN”

  1. Juan Carlos, al menos, escribes bien, lo que es muy de agradecer. También en lo de “coger el rábano por las hojas” tienes estilo. Sólo veo un fallo en lo del jacobinismo. Un jacobino, en educación, estaría clamando por UNA EDUCACIÓN BÁSICA ABSOLUTAMENTE IGUAL PARA TODO EL ALUMNADO EN TODO EL TERRITORIO NACIONAL.
    Comentar algo más allá de esto necesitaría de más espacio y tiempo. Gracias por tu aportación que he leído con interés.

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