La Superliga y el culto a la pirámide

FUENTE: https://lavozdelosquesobran.cl/superliga-europea-fracasa-intento-de-los-clubes-de-imponer-la-teoria-del-chorreo-al-futbol/

El tema de la Superliga está llenando titulares en los periódicos deportivos y horas y horas de audiencia en los telediarios, casi compitiendo -es un decir- con los datos de la pandemia. A veces ocurre así. El fútbol nos parece un tema intrascendente, pero de vez en cuando se convierte en una metáfora que nos piensa o que nos ayuda a entender la sociedad. Los Berlusconi de turno siempre vienen a aclararnos desde la irracionalidad -a veces hasta hermosa- del fútbol, la propia irracionalidad de la vida y la sociedad que vivimos. Digamos que como un capítulo más de la “Teoría del juego”. el juego nos ayuda a interpretar la propia realidad.

Viene todo esto a que escucho a Florentino Pérez, Presidente del Real Madrid y uno de los máximos valedores de la Superliga, responder a las críticas que esta iniciativa ha tenido por parte de los clubes más modestos que sienten que van a salir perjudicados, diciendo que “Al contrario. La Superliga funcionará como en una pirámide: los beneficios de la cúspide alcanzarán a todos y todos los clubes, también los más modestos saldrán ganando”…

-Otra vez el culto a la pirámide -me digo recordando la historia que parece estar ahí dispuesta a tomar la palabra. Hablamos de Egipto y otras culturas, hablamos también de cultos y de sacerdotes.

Quizás Florentino Pérez no pensaba en el fútbol, o pensaba el fútbol inseparable de lo que es, un hombre de negocios. Y quizás también su teoría de la pirámide en el fútbol no es más que la expresión del subconsciente de su posicionamiento profundamente ideológico y neoliberal. Me refiero a lo que en teoría económica se llama el “efecto chorreo”, o “efecto derrame”, y que más o menos propone reducir los impuestos a los más ricos como medio que estimule la inversión empresarial a corto plazo para beneficiar a toda la sociedad en un plazo más largo. Una teoría económica, la de que hay enriquecer a los ricos para que el beneficio llegue a todos, promocionada por los Reagans o Trumps de turno y que si estamos atentos escucharemos en estos días repetir una y otra vez a nuestra Ayuso y adláteres. Y una teoría económica con un fuerte atractivo según las encuestas, pero que la evidencia empírica muestra que nunca ha demostrado alcanzar sus objetivos. 

-Cuidado con lo que dice la teoría y la ciencia -me digo.. Ya sabemos que los sabios no cotizan al alza en estos momentos, así que no creo que esa ausencia de evidencia empírica sea suficiente para frenar el ímpetu del discurso neoliberal entre tanto tertuliano que hemos colocado precisamente para sustituir a los sabios. Así funciona hoy en día el culto a la pirámide -me repito.

Pero ocurre que la gran historia suele correr paralela a la pequeña historia que construimos con nuestra propia vida cotidiana. Así que, como si formara parte de nuestra pequeña historia, regresan también los efectos de aquellas estafas piramidales en las que a “corto plazo” había que enviar postales -las más ingenuas- o dinero -nada ingenuas- a una lista, de manera que a “largo plazo” cuando te tocara a ti, te lloverían -“chorrearían”- postales, o mucho, mucho dinero. Todo el mundo se haría rico. Y todos embaucados por esa profunda ideología del culto a la pirámide. Eso me digo ahora, recordando que sus beneficios nunca llegaron y preguntándome que quién no participó en aquellas estafas piramidales y cómo pudimos ser tan incautos.

Así que aquí pasa lo de siempre. Porque el culto a la pirámide en las palabras del sacerdote Florentino Pérez es profundamente y doblemente interesado: Habla de fútbol y habla de política. Por el lado del fútbol, digamos que en la base de la pirámide están los aficionados y en la cúspide están las cuentas, los patrocinadores, el mundo del negocio. Y aquí, por este lado, y por ahora, la respuesta de la base parece ser un “no” al culto a la pirámide. Pero qué ocurrirá por el lado de la política es a día de hoy una incógnita. El 4M, la ciudadanía madrileña tiene una cita para ser sometida a un test. Pero no será a un test de antígenos como se correspondería con la situación de pandemia, sino más bien a un test de inteligencia que nos dirá sobre su nivel de sometimiento al culto a la pirámide.

Manuel L. Martín Correa es maestro de Primaria jubilado, miembro del Colectivo Surcos de Poesía y de la Asociación REDES. También es Licenciado en Antropología Social y Cultural y autor del libro Con trozos de tiza. Apuntes y Relatos para una Pedagogía Ingenua (Ed. Colombre)

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