Me gusta escuchar de un amigo mío de Cáceres el comentario que hizo una señora bien —de las de toda la vida— a su madre cuando esta le mencionó que su hijo había aprobado las oposiciones de instituto: “Mira, al final los hijos de los obreros nos están quitando lo nuestro”. Eran los años en que todavía los estudios funcionaban como trampolín social tras la interminable y abrumadora dictadura de Franco. De entonces a esta orilla de la historia, a menudo se nos martillea las meninges con lo fuera de tiesto que andamos los más humildes y el ingente e inútil gasto que representamos cuando cobramos un subsidio de desempleo, recibimos una subvención para reformar la vivienda, disfrutamos de una beca de estudios o simplemente cobramos la pensión. El Estado no puede con ta-les-dis-pen-dios (silabéese, por favor, como lo haría José Luis López Vázquez).
En esto llegó Arenas y mandó a parar… Carlos Arenas Posadas (Sevilla, 1949) nos hace gratuitamente las cuentas en El Estado pesebre (El paseo, 2025): magros, exiguos, rayanos en la banalidad son los gastos sociales citados más arriba, si en el otro platillo de la balanza histórica sumamos —se trata, claro está, de sumar— las ventajas, prebendas, prerrogativas, primacías y regalías que han obtenido del Estado los grupos privilegiados y que el profesor analiza concienzudamente desde la Edad Media hasta Pedro Sánchez. Incluye en su exposición, como no podía ser de otra manera, las tropelías que tales élites, siempre cercanas al poder y a sus poderes, han cometido para humillar al Estado y a los propiamente humildes: estafas, fraudes, desfalcos y corruptelas de todo tipo.
Son, por tanto, trescientas páginas de análisis equilibrado y apasionado (y casi otras cien de selecta bibliografía): el equilibrio viene aportado por los datos económicos de todo tipo, en sincronía y diacronía, junto con las explicaciones contextuales históricas, donde aparecen con nombre y apellidos los bergantes que de verdad han usufructuado y exprimido al Estado; la pasión se trasluce en la forma de revelar el rastro que une saqueos y saqueadores (monarquías, oligarquías y clerecías) de la administración común a lo largo de los tiempos hispanos. Se trata pues de élites que viven de lo arrebatado.
¿No es un proceso compartido con otras naciones de nuestro entorno?, podríamos preguntarnos. Siempre en menor medida y corriendo mayores riesgos propios, por lo que sus Estados se han fortalecido (frente al debilitamiento del español) y se han vuelto capaces de satisfacer las necesidades de mayor cantidad de capas sociales, aunque no de todas. Algún atisbo de esto encuentra el autor en las dos etapas republicanas y en algunos momentos del último periodo democrático.
El lector que siga la producción de Arenas Posadas podrá hallar en nuestro volumen pistas de sus obras más recientes: Por el bien de la patria. Guerras y Ejércitos en la construcción de España (2019), Lo andaluz. Historia de un hecho diferencial (2022) y algunas otras que recomendamos descubrir y redescubrir a la luz de El estado pesebre.
En definitiva, Carlos Arenas da cumplida respuesta al “ultraderechista y fundamentalista religioso”, velado en el prólogo, que hizo un comentario “allá por noviembre de 2022 sobre los perjuicios que ocasionaba a la iniciativa privada el incremento del gasto social”. Si nosotros, pobres y humildes humanos, vivimos de prestado, ellos, poderosos y refulgentes, viven y han vivido siempre de lo arrebatado. Aunque celebren ágapes, lleven alimento a los encarcelados, vistan a los desnudos y den hospitalidad a los peregrinos… Hoy, ciertamente, ni eso. Por tanto, nos toca a todos velar por que el Estado no se confunda con el cochambroso establo de unos pocos.
Puedes escuchar aquí la entrevista con Carlos Arenas sobre su libro El Estado pesebre, que se emitió en REDES DICE RADIO el pasado 15 de Octubre de 2025.