Radical, una película que acerca la escuela a su objetivo

La idea de ascensor social donde la escuela es la posibilidad real para conseguir que las clases más oprimidas tengan una oportunidad (en opinión de algunas personas expertas, la única oportunidad) está en franca decadencia. Se ha instalado a base de estudios e investigaciones que demuestran de manera persistente que esa idea no funciona. Puede que sí, que así sea, pero como la EDUCACIÓN en mayúsculas no es una ciencia exacta, podemos concluir que a veces y por diversas circunstancias sigue siendo una posibilidad para avanzar socialmente.

Radical”, película mexicana, de Christopher Zalla, premiada con la BIZNAGA DE ORO A LA MEJOR PELÍCULA IBEROAMERICANAen el Festival del Cine Español de Málaga, está basada en la historia real de Paloma Noyola, una estudiante criada entre la basura y que se destacó por su talento para las matemáticas y su maestro Sergio Juárez, quién aplicó métodos poco convencionales en la Escuela Primaria José Urbina de la ciudad Heroica Matamoros de difícil desempeño situada en la frontera con Estados Unidos. Una ciudad barrida por la pobreza extrema, abandono, donde la corrupción institucional y la violencia del narcotráfico que está presente en la vida del alumnado. En muchas escuelas andaluzas, situadas en los barrios más pobres, hay similitudes en cuanto a la misma problemática.

En la película se transita por varias situaciones: Por un lado está el alumnado de sexto curso, un elenco infantil formidable que logran que el público se encariñe con ellos/as. Todos/as provienen de familias pobres y de vidas miserables; en particular hay un chico mezclado con las bandas de narcotraficante, una chica hija única (Paloma) de un padre enfermo que vive y trabaja mirando basura en el estercolero de la ciudad y la más pequeña del grupo que ejerce, prácticamente, de mamá de sus hermanos menores y así con los demás. Y que son los estudiantes que tienen los peores resultados académicos de todo México. En segundo lugar, tenemos una escuela fría y anodina, marcada por la norma nacional que clasifica al alumnado por el rendimiento de una prueba, santo y seña para el profesorado del centro, que está dirigida por un director que está preocupado de lo que “importa” pero que tiene la suficiente visión para permitir algunas cosas, siempre que no se mueva el avispero. Una escuela abandonada por las instituciones, con malas instalaciones y escasos recursos (teatrales son las escenas de la llegada al centro de “una computadora”).

El marco referencial de la película es la que nos muestra una población desinteresada de la escuela, que da la espalda a su función principal y que como consecuencia tiene unos dirigentes preocupados por otras cuestiones y, en este campo de acción la llegada de un maestro al centro y a ese “salón de clase” que plantea desde el minuto uno un nuevo método radical para desbloquear la curiosidad y poder alcanzar el “potencial” que el alumnado tiene y que está dispuesto a dar todas las patadas que sean necesarias al “avispero” que tanto preocupa al director. Les brinda la posibilidad de aprender a pensar, buscar sus propias respuestas y desarrollar la confianza en sí mismos.

¿Por qué creemos que Radical merece la pena ser vista? Sencillamente, porque tenemos pocas oportunidades de ver de manera fehaciente, en un medio masivo como es el cine, que hay otras formas de enseñar y aprender. Sergio les incita a creer en su potencial y les dice que nadie se lo puede quitar porque está por encima de su pobreza, y por lo tanto que sean capaces de imaginar otro futuro. También la película nos muestra como la escuela pública es capaz, en determinadas ocasiones, de que las capacidades del alumnado afloren consiguiendo el anhelado ascenso social (Paloma obtuvo el puntaje más alto del país y se hizo famosa tras ser portada en la revista Wired y ser comparada con Steve Jobs, en 2012).

Radical nos muestra a un maestro que está convencido de que lo que se espera de él, como docente, no merece la pena, sino todo lo contrario. El objetivo que se espera de él es que su alumnado supere, de manera mecánica, la prueba de evaluación externa establecida con contenidos prefijados y que cumpla con lo establecido igual que hace el resto del profesorado. La clásica confusión de la enseñanza-negocio, confundir los objetivos de la enseñanza con los procedimientos, consumir contenidos como si fuera una dieta, que una vez superada se olvida y hasta se vomita. En Radical no vas a ver una ficción, ni tan siquiera una cuestión anecdótica, vas a ver los cambios radicales en la forma de enseñar, los cambios auténticos en la forma de aprender, en definitiva los cambios reales que se producen en las vidas de un grupo de niños y niñas provocados por este nuevo maestro y que se siguen llevando a cabo, pues el maestro real, sigue trabajando en el mismo lugar y con el mismo tipo de alumnado.

Desde el punto de vista cinematográfico es una de las mejores películas de este año en América Latina. La película está dentro de lo que podemos considerar tipo documental, muy emotiva, que llega a cautivar a los espectadores y que nos recuerda al “Club de los poetas muertos”. El actor principal, Eugenio Derbez, desconocido para el público español, es muy conocido en México como un comediante y que ha escogido esta película para hacer el salto de registro, de la comedia al drama. Su personaje desborda carisma y simpatía. Eugenio ha expresado en diversos momentos posteriores a su estreno el aprendizaje que le ha supuesto el haber escogido esta historia tan difícil de una niña mexicana que quería ser ingeniera espacial, teniendo en cuenta su origen social. Se empapó de lo acontecido y de ahí salió el guión y la película Radical. Sin olvidar a unos niños y niñas que lucen de una manera natural. Y en medio está el Director del Centro, muy bien interpretado por el actor Daniel Haddad que se debate entre la norma establecida y la necesidad de cambiar.

Sin olvidarnos de la excelente banda sonora de la música de la película. Recomendamos no levantarse al final de la cinta y escuchar al momento en que aparezcan los créditos la canción “El saber” escrita por Gaby Moreno expresamente para la película, pues ha sido seleccionada para los Hollywood Music in Media Awards.

Cruz Boria y José Antonio Jiménez

Docentes y miembros de Redes.