Hoy
sabemos que la Alfabetización no es un estado sino un proceso. Un proceso que
no termina jamás y que nos lleva a definir este concepto como la capacidad de
producir e interpretar la mayor cantidad de tipos de texto de uso social.
Aquellos sujetos que dominen en profundidad un mayor número de ellos estarán
en mejores condiciones de enfrentarse al mundo letrado y por lo tanto, mejor
alfabetizados.
Conocemos
también las fases por las que pasan los niños cuando van escribiendo. Fases o
etapas que se corresponden con las hipótesis, que en una secuencia ordenada,
elaboran todos en su intento de comprender qué es la escritura.
Teniendo
en cuenta estas ideas, y sabiendo que los métodos de lectura y escritura
insisten sólo en la mecánica del descifrado del código escrito y esto
es sólo una parte, y quizá la menos importante, del proceso alfabetizador, ¿qué
podemos hacer en la escuela?.
Por
un lado, trabajar con los distintos textos de uso social. Desde los tres
años los niños pueden escribir e interpretar cuentos, periódicos, recetas,
anuncios publicitarios, cómics, poesía, etc.
Este trabajo se realiza a través de Secuencias Didácticas. Planificamos
una secuencia sobre el cuento -o cualquier otro tipo de texto- que puede durar 4
- 5 - 8 semanas y todos los días durante un rato lo trabajamos en el aula,
sabiendo que al final del proceso, cada sujeto habrá producido e interpretado
cuentos . Cuando un sujeto produce e interpreta cuentos o noticias de periódico
o cualquier otro texto a los tres, cinco, siete, catorce años, estará en un
nivel de alfabetización muy diferente de aquel otro que sólo se ha enfrentado
al tradicional “libro de 4º” de la editorial correspondiente y cuyo
“texto” resulta realmente difícil de catalogar puesto que desde luego no es
de uso social, sólo se utiliza en la escuela. Quizá se emplee
porque se piense que para aprender son necesarios materiales específicos
y distintos a lo que queremos que aprendan, y que haciendo en la escuela cosas
distintas a las de la vida los niños aprendan mejor esas cosas del mundo
real. Pero desde la Alfabetización que defiende Emilia Ferreiro -y nosotros con
ella-, se entiende que hay que trabajar con el periódico del día, los mejores
relatos literarios, la mejor poesía, etc. La escuela ha de introducir a los niños
en los grandes autores y con textos reales.
Por
otro lado, es necesario trabajar el sistema de escritura: tipos de letra,
combinación de las mismas, direccionalidad, ortografía, puntuación, etc. Esto
se trabaja con los más pequeños a partir del nombre propio de los niños en
mayúsculas, listas de objetos, fichero de letras móviles, actividades de cada
secuencia didáctica, etc.
“La
escuela, siempre depositaria de cambios que ocurren fuera de sus fronteras, debe
cuando menos tomar conciencia del desfase entre lo que enseña y lo que se
practica fuera de sus fronteras. No es posible que siga privilegiando la copia
-oficio de monjes medievales- como prototipo de escritura, en la época de Xerox
& Co. No es posible que siga privilegiando la lectura en voz alta de textos
desconocidos (mera oralización con escasa comprensión) en la era de la lectura
veloz y de la necesidad de aprender a elegir la “información” pertinente
dentro del flujo de mensajes impresos que llegan de forma desordenada, caótica
e invasora.
No es posible que aún se instauren debates
acalorados pro y contra las virtudes/inconvenientes de tal o cual tipo de grafías
(continuas o discontinuas) en una época en que lo único urgente es introducir
a los estudiantes al teclado”.*
*
FERREIRO, EMILIA (1996): “ La revolución informática y los procesos de
lectura y escritura”. Lectura y vida., Año 17, nº 4. Revista
latinoamericana de lectura. Publicación de la Asociación Internacional de
lectura (IRA). Buenos Aires, Argentina.
Este
artículo de Ferreiro puede
encontrarse en la siguiente recopilación de trabajos:
CARVAJAL
PÉREZ, FRANCISCO y RAMOS GARCÍA, JOAQUÍN (1999): “¿Enseñar o aprender a
escribir y leer? Aspectos teóricos del proceso de construcción significativa,
funcional y compartida del código escrito”. M.C.E.P. Morón -Sevilla-.
También
está disponible en Internet.
Raúl Gómez Ferrete. C. P. Ibarburu - Dos
Hermanas-