Solidaridad a costa de los derechos

Publicamos un artículo de José Antonio Jiménez sobre la situación de las personas refugiadas desde la perspectiva de la situación actual de la invasión de Ucrania.

Refugiados ucranianos. (ABC Sevilla)

Este articulo fue publicado originalmente en la Revista El Observador de Málaga el día 21 de marzo.

El pasado día 3 de marzo, la UE anunciaba la aplicación de una directiva comunitaria, aprobada en el año 2001, mediante la cual, por primera vez se podría acoger de manera legal a todas las personas procedentes de Ucrania, como consecuencia de la invasión perpetrada por Rusia. Las autoridades comunitarias celebraban el acuerdo de los 27 como un ejemplo de solidaridad europea.

Según la Comisión Europea, la medida permite proporcionar protección y derechos de forma inmediata: “Derechos de residencia, acceso al mercado laboral, acceso a la vivienda, asistencia social, asistencia médica o de otro tipo y medios de subsistencia. Para los niños, niñas y adolescentes no acompañados, la protección temporal confiere derecho a la tutela legal y acceso a la educación”.

https://www.eldiario.es/desalambre/ue-acuerda-activar-directiva-proteccion-asegurar-acogida-refugiados-guerra-ucrania_1_8800207.html

Posteriormente, el Gobierno español aprobó ampliar esta medida a todos los ucranianos que estuvieran en nuestro país antes de la invasión y no estuvieran regularizados.

https://www.eldiario.es/desalambre/espana-pacto-europeo-acogera-extranjeros-residencia-regular-ucrania-inicio-invasion_1_8811945.html

Estas decisiones “extraordinarias” se corresponde con el cumplimiento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que entre otros, declara en su artículo 13 lo siguiente:

1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.

2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país. 

https://www.un.org/es/about-us/universal-declaration-of-human-rights

Por tanto, nada que objetar, ante una situación sobrevenida es correcto activar una directiva comunitaria de protección temporal. Así mismo el gobierno español hace muy bien en ampliar esa normativa en los términos expuestos más arriba.

Pero me surgen algunas preguntas de manera inmediata, ¿por qué no se activó esa directiva con motivo de la llegada de millones de refugiados, que venían huyendo de una guerra tan dura o más como la de Ucrania, procedentes de Siria? 

¿Por qué la UE, en el caso de los refugiados de Siria, convirtió en un inmenso campo de concentración a Grecia para impedir que aquel aluvión de personas tuvieran una acogida temporal como la que están teniendo los ucranianos? 

¿Se va a aprovechar esta directiva, una vez puesta en marcha por el asunto de Ucrania, para dar protección temporal a los que todavía están ilegalmente en Europa? 

Refugiados sirios. (National Geographic)

Y, finalmente, ¿el gobierno español va a utilizar esta normativa para acoger a las más de 80.000 personas que llevan esperando meses su regularización, por causas similares a la de esta guerra? 

Según la CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado)  más de 40.000 personas han muerto en aguas territoriales españolas tratando de llegar a nuestro país en los últimos años, huyendo de guerras de todo tipo y de situaciones injustas tan enormes como las que sufre el pueblo ucraniano, sin que nunca se hayan acordado de esta directiva existente hace más de 20 años. Es el momento de ir más allá de la situación actual. Es el momento de ser justos más que solidarios.

La solidaridad en los momentos actuales es la manta que tapa la falta de derechos de las personas. Se hace un uso exagerado de ella, es algo lógico, porque las personas se siente aludidas por la situación tremenda que padecen por las guerras y las situaciones de injusticia que se producen en el mundo. La gente lo hace de buena fe, pero los estados y las instituciones utilizan la solidaridad para tapar sus vergüenzas y la falta de cumplimiento de los derechos de las personas.

En un mundo intercomunicado como el actual es sencillo saber que ocurre en cualquier punto del universo, pero ello no significa que se produzca el necesario cumplimiento de esos derechos. Todo ello es utilizado por los medios de comunicación que generan un estado de opinión que llevan a las personas en una dirección u otra. 

La gente bien intencionada, organiza caravanas, autobuses y lo que haga falta para dar acogida a aquellas personas que por estas circunstancias se encuentran en un abandono personal y familiar inaceptable,  sustituyen lo que debe ser una obligación de los gobiernos.

Debemos exigir el cumplimiento de la Declaración de los Derechos Humanos como norma justa y necesaria para acabar con estas situaciones, al mismo tiempo que tengan que hacer mucho más de lo que hacen con esta guerra y todas aquellas situaciones violentas que obligan a que las personas tengan que huir de su lugar habitual.

En ese sentido, Andalucía debe declararse tierra de refugio y debe poner los medios para que ese refugio sea seguro sin distinguir de donde provenga los refugiados. 

No hay refugiados de primera, ni de segunda, hay una realidad, las personas tienen el derecho a buscar una nueva vida lejos de donde nacieron, porque las grandes potencias han hecho lo posible por quitarles sus vidas. 

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