LA GRATUIDAD DE LOS LIBROS DE TEXTO

Repercusiones organizativas y didácticas e implicaciones ideológicas

 

Los libros de texto y el resto de los materiales curriculares utilizados en los centros docentes suscitan diversas posturas en la sociedad. Los precios de los mismos, la implantación de su gratuidad en los niveles obligatorios de enseñanza o el préstamo de los libros de texto al alumnado durante el curso escolar con posterior devolución a los centros, son aspectos sobre los que se mantienen enfoques no siempre coincidentes por parte de los grupos y Administraciones interesadas.

 El Consejo Escolar del Estado dice que la Constitución Española es taxativa: “La Educación básica es obligatoria y gratuita”, por lo tanto insta a las Administraciones Educativas para que arbitre las medidas necesarias, en la forma que considere más efectiva, a fin de garantizar este derecho en todos los centros sostenidos con fondos públicos. Recomienda que se adopten todas las medidas necesarias para que los libros de texto y materiales curriculares sean gratuitos en los niveles de Enseñanza Obligatoria.

 En la actualidad, el sistema aplicado con carácter general en todo el Estado es el de la concesión de becas y ayudas al estudio para la adquisición de libros de texto y materiales curriculares en la Enseñanza Obligatoria, haciendo depender principalmente la concesión de tales ayudas del nivel económico del alumnado.

 No ocurre lo mismo en todas las Comunidades; hay, de hecho, distintos planes que diferentes Comunidades han puesto en marcha y que pueden resumirse en dos grandes iniciativas:

 a) Una es la del cheque – libro,  que consiste en que se facilita a los alumnos esos cheques que deben cambiar en una librería por sus libros de estudio. 

b) El otro sistema, el de préstamo, consiste en que son los propios colegios los que facilitan los libros a los alumnos. El ciclo dura 4 años. Al final de cada curso, los alumnos devuelven los libros a los centros, que los vuelven a prestar.

Las críticas que se han hecho a este sistema son: una, que no permiten personalizar los libros - tienen que cuidarse bien para que puedan seguir sirviendo- y dos, que termina produciendo las diferencias entre alumnos que pretendía evitar: los niños con más medios terminan por comprar los libros fuera y sólo quedan los gratuitos, muy deteriorados, para los que tienen menos recursos.

 Según datos de CEAPA,  Aragón y Castilla la Mancha ya han finalizado el proceso de implantación de la gratuidad en toda la Educación obligatoria; mientras que la Rioja,  Galicia, Andalucía, Cataluña, Canarias y País Vasco ya iniciaron un proceso gradual hacía la gratuidad y lo complementarán en uno o dos años. Estas ocho comunidades utilizaran el modelo de préstamo y socialización de libros de texto y materiales curriculares.  Otros grupos de comunidades autónomas entregan dinero a las familias para la compra en propiedad de libros de texto, no en calidad de préstamo, cuya aportación alcanza  prácticamente al 100% de la población escolar como es el caso de Cantabria y Asturias.

 Por otra parte, Castilla y León, Madrid, Navarra, C. Valenciana y Murcia ofrecen ayudas económicas que no alcanzan a toda la población escolar; Extremadura no contempla la gratuidad pero paga los libros a familias numerosas, con minusvalía y ha comprado lotes de libros para centros en comarcas rurales. 

  

Programa de Gratuidad de los Libros de Texto en Andalucía

 

Repercusiones organizativas y didácticas

El Programa de Gratuidad de Libros de Texto de la Junta de Andalucía queda recogido en el Plan de Apoyo a las Familias Andaluzas, éste es un apoyo a la institución familiar desde una perspectiva global: la protección social, la salud, la educación, la protección de mayores y personas con discapacidad, la inserción laboral o la adecuación de sus viviendas.

 Para regular el programa de Gratuidad de Libros de Texto se han dictado normas que recogen un conjunto de actuaciones basadas en unos criterios educativos y de organización que, en mi opinión,  son más que cuestionables. Veamos:

 “Los libros de texto serán propiedad de la Administración Educativa y permanecerán, una vez concluido el curso escolar, en el centro docente donde el alumno haya cursado las enseñanzas, de forma que puedan ser utilizados por otros alumnos y alumnas en años académicos sucesivos”

“El alumnado beneficiario del presente programa dispondrá gratuitamente, en régimen de préstamo, de los libros de texto elegidos por el centro”

  “Los libros de texto serán renovados cada cuatro cursos escolares, salvo los correspondientes al primer ciclo de la Educación Primaria que serán renovados todos los cursos por tratarse de un material que no puede ser utilizado por otros alumnos y alumnas en años sucesivos”

 “La implantación del programa para toda la escolaridad obligatoria estará concluido en el curso 2008/09.”

“La participación en el programa de gratuidad de libros de texto será incompatible con la percepción de ayudas para la misma finalidad que pudiera financiar cualquier otra entidad pública o privada.” Excepto las ayudas del MEC.”

 Si la gratuidad de los libros de texto es un apoyo económico a las familias,

¿el sistema elegido es el adecuado?¿ La vía utilizada es la mejor? ¿Por qué?

¿Podrían darse las ayudas vía  IRPF?

Si se tendiese a la gratuidad, ¿no seria mejor para los centros el sistema aplicado con carácter general en todo el Estado que el sistema de préstamo de cheque- libro?...

 “Los centros docentes elegirán, en el caso de que consideren necesario para su alumnado la utilización de material curricular, los libros de texto que estimen más adecuados para cada uno de los cursos de la enseñanza obligatoria”.

 “Cada centro recibe una dotación económica fija por cada alumno o alumna, que, para el curso escolar 2006/2007, se ha fijado en 96 euros/alumno al primer ciclo de Primaria, mientras que para el resto de la etapa será de 124 euros.”

El Equipo directivo y los profesores dirán: “los números no cuadran con los libros elegidos”. Efectivamente, en los centros se están haciendo verdaderas cábalas para ver cuál es lote de libros de texto que cuadra con esos números, y si no cuadra están las Editoriales para hacerlo. Se da el caso que alguna Editorial regala al centro todos los libros de Religión Católica que necesite.

¿Son los centros los que eligen los libros de texto o están en función de los lotes ofertados por las Editoriales?

¿Se garantiza la libertad de elección del libro de texto o materiales curriculares, la libertad de cátedra y de edición por parte del centro escolar? 

 “Los Directores y Directoras de los centros docentes entregarán a los representantes legales del alumnado beneficiario, debidamente cumplimentados, los Cheque-Libros.”
“Estos Cheque-Libros serán canjeados por los libros de texto en la librería o establecimiento comercial de su elección, quedándose estos con el cheque-libro.

 “Las librerías o establecimientos comerciales remitirán a los centros escolares las correspondientes facturas, acompañándolas de los respectivos Cheque-Libros y los centros procederán a su  abono”.

 Actualmente son muchos los problemas por los que está atravesando nuestros Centros para involucrarlos en este proceso tan farragoso y apartarlos de sus verdaderos fines.

 “La Consejería de Educación procederá a transferir a las cuentas autorizadas de gastos de funcionamiento de los centros docentes las cantidades que correspondan, las cuales se consideran afectadas al cumplimiento de esta finalidad, no pudiendo destinarse a otro concepto distinto de gasto” .

 “Los centros asumen el compromiso de gestionar la aplicación de los fondos, y son responsables de llevar una contabilidad específica que refleje un registro de ingresos y un registro de gastos y tras la finalización del curso correspondiente, la debida justificación del estado de cuentas mediante la aprobación por el Consejo Escolar” 

 ¿Es necesario grabar a las escuelas y a sus Equipos Directivos con un trabajo extra?

Para ayudar a las familias ¿Es necesario que una parte del tiempo que tiene los Equipos Directivos, cada vez menor, se emplee en este tipo de transacción burocrática? ¿No desviamos el pensamiento de éstos para una tarea que corresponde, más bien, a un gestor económico?

 “Todos los libros de texto serán registrados por el centro e identificados con una etiqueta que se fijará en la primera hoja de los mismos, donde aparecerá el nombre del centro y el del alumno o alumna que lo tenga en préstamo en cada curso escolar, de acuerdo con el procedimiento que a tales efectos establezca el Consejo Escolar”.

 “Los centros incorporarán en su ROF las normas de utilización y conservación de los libros de texto y demás material curricular puesto a disposición del alumnado, así como las sanciones que corresponderían en caso de extravío, o deterioro culpable o malintencionado de los mismos”

 “Los Consejos Escolares de los centros, de acuerdo con el procedimiento que los mismos establezcan (establecerán una comisión), procederán a la revisión de todos los libros de texto que no hayan cumplido el período de cuatro años de uso, establecido con carácter general”

 “Una vez revisados, comunicarán a los representantes legales del alumnado que haya realizado un uso incorrecto de los mismos la obligación de reponer el material extraviado o deteriorado de forma culpable o malintencionada, Si, una vez transcurrido un plazo, los representantes legales del alumnado no hubiesen procedido a la reposición del material, el alumno o alumna podrá ser sancionado de acuerdo con lo que establezca el ROF del centro.

 ¿Es esta una participación de los padres o una responsabilidad en la que sólo hay obligaciones y sanciones?

 “Antes del 15 de julio de cada año los centros grabarán en el sistema de gestión «Séneca» la relación de alumnos y alumnas inscritos en cada uno de los cursos de la enseñanza obligatoria en los que corresponda la dotación de libros de texto, así como la de aquellos que no desean ser incluidos en el programa de gratuidad.”

 “El representante legal del alumno o alumna que no desee participar en el programa de gratuidad en un determinado año académico lo comunicará en el centro docente en el que el alumno o alumna vaya a cursar las enseñanzas, en el momento de formalizar la inscripción en las mismas, entregando cumplimentado el modelo de renuncia”

 Todos sabemos que la mayoría de los padres, y en general la sociedad, está conforme con que los libros de texto sean gratuitos, porque les supone una gran carga económica todos los años. Pero, ¿están analizando las implicaciones de esta medida en la escuela? ¿Son conscientes de que no se pueden personalizar?  por lo tanto, no se pueden subrayar, ni consultar después de un año, porque no habrá ningún libro de texto en las casas de las familias.

¿Qué padres serán los que renuncien a la ayuda?

 “La Dirección del centro grabará, en el sistema de gestión «Séneca» las necesidades de reposición de libros de texto.”

 “En el caso de que las necesidades de reposición de libros de texto superasen el 10% del total, la Dirección del centro elaborará un informe en el que justificará, de forma individualizada para cada libro, las causas por las que se requiere su reposición y por qué éstas no son imputables al alumnado del centro.”

 “El informe a que se refiere el apartado anterior será remitido a la Delegación Provincial de la Consejería de Educación de la que dependa el centro, para su revisión. En caso de disconformidad la Administración educativa podrá exigir a los centros la entrega del material deteriorado para su examen y comprobación así como, en su caso, la modificación de los criterios utilizados para la determinación de las necesidades de reposición.”

 ¿Cómo estarán los libros después de pasar 3 años por las manos de alumnos de tan corta edad?

¿Alguien cree que la Delegación Provincial  examinará y comprobará el material de los centros que superen el 10% de deterioro?

 Implicaciones ideológicas.

Los textos escolares no son un medio o material curricular aséptico o neutro respecto a posiciones ideológicas, a la vez que ejercen una poderosa influencia en la configuración de la actual cultura escolar, en el modelo de puesta en práctica curricular, así como en las prácticas docentes del profesorado. Igualmente, el libro de texto es un medio portador de cultura y, como tal, es de consumo generalizado y a veces la principal información entre el alumnado de todos los niveles y etapas educativas.

Además, el libro de texto les selecciona qué conocimientos y qué destrezas deben ser transmitidos por la escuela y qué aprendizajes deben ser incorporados al conocimiento del alumnado. Tarea esta, en mi opinión, exclusiva del profesorado que nunca debiera dejarse en manos de las editoriales y que, desgraciadamente, ocurre con o sin libro de texto gratuito.

Sin embargo, es necesario dar cuenta del papel del libro de texto con relación al desarrollo del currículo, o cuál es el uso que hace de él el profesorado en los procesos de enseñanza-aprendizaje en clase.

 Algunas investigaciones confirman que no todo el profesorado los utiliza de la misma forma y "la efectividad real de los libros de texto como ayuda didáctica depende del uso que el profesorado pueda hacer de ellos" (Heyneman, 1981, 243).

 Los estilos de uso varían según tipos de profesores, nivel de enseñanza, creencias pedagógicas, preferencias o concepciones propias, contexto de trabajo, etc.

De los estudios analizados, por Zahorik (1990, 1991) Area (1987) y Güemes (1994) han estudiado la relación entre usos de medios textuales y creencias pedagógicas. De la relación entre las concepciones teóricas del profesorado y el uso de medios textuales se desprende lo siguiente:

1.- Se concibe El CURRÍCULO como cultura universalmente válida para todo el alumnado: éste debe aprender de manera uniforme y del mismo modo. El libro de texto se convierte, pues, en depositario de la cultura y el saber que garantiza la fidelidad a ese currículo y hace posible el acceso a cursos superiores. A los alumnos que se muestran incapaces de asimilar esa cultura impresa les aguarda el fracaso y el profesorado se considera impotente para cambiar su destino.

La recepción de la cultura se realiza por almacenamiento o depósito, con lo que se colabora con el currículo impuesto.

Las formas de transmitir esa cultura serían:

(a) De un emisor a un receptor. Libro de texto ------ alumnado

(b) De la cabeza del profesor a la del alumno, a través de la explicación.

(c) De cualquier medio textual, informativo, televisivo... al alumnado.

El CURRÍCULO, así entendido, es desarrollado en el aula mediante una práctica basada en la rutina, la repetición y la alienación que conduce al alumnado al aburrimiento, desinterés, individualismo y falta de compromiso; y al profesor o la profesora, a un claro desajuste entre intenciones y realidad escolar.

2.- Se concibe el CURRÍCULO como compromiso con la realidad y con el momento socio-político y económico en el que se vive. La cultura, entonces, se deberá filtrar y elaborar dentro de nosotros mismos. Cualquier medio o material -incluso el libro de texto- puede servir para ser interrogado, pensado y trabajado para así llegar a elaborar la propia cultura, la que surge del intercambio, la reflexión y la participación.

El CURRÍCULO, entendido así, genera un tipo de práctica cuyo objetivo es el aprendizaje significativo de todos los alumnos, que deben implicarse y participar en el proceso hasta el punto de llegar a un compromiso con la realidad escolar y social. El ritmo de aprendizaje, por tanto, será el adecuado a las peculiaridades y dificultades de los tópicos seleccionados por el profesorado que constituyen un programa real, de contenidos atractivos y acordes con el momento histórico, social, económico, político e incluso con el entorno geográfico y la cultura propia de ese entorno. Esta relación de contenidos curriculares con el contexto en el que se aprende pone de manifiesto un ajuste entre las intenciones del profesorado y la realidad.

 

Conclusión

El eje central de una buena enseñanza no está en el tipo de medios o materiales utilizados sino en el uso que se haga de ellos.

"Si es verdad que los textos hacen la pedagogía, no lo es menos que la pedagogía es la que da valor a los textos (...)

“Hay buenos textos para generar ricas lecturas y con ellas ricos significados, pero susceptibles de ser empobrecidos por los lectores y por los contextos de utilización".

(Gimeno, 1994, 24)

 

¿Para cuándo la dotación a los centros escolares de una biblioteca básica de libros de consulta: diccionarios, atlas, textos de lectura y libros de texto de una materia determinada, como ensayo de la posible práctica del uso escolar del libro como libro colectivo de la metodología de préstamo? Por supuesto acompañada con la persona que realice el préstamo.

 Novedad: 

 El Consejo de Ministros aprobó el proyecto de Ley de la Lectura, El Libro y las Bibliotecas.

La nueva ley se articula en torno a 3 grandes objetivos:

a) El impulso a la lectura, que se convierte en el elemento clave con el que reforzamiento de los planes de fomento de la lectura. La biblioteca, en este marco, se convierte en el vehículo principal de extensión del hábito lector.

b) La defensa de la diversidad cultural.

c) La modernización de la definición del libro, con lo que se pretende adecuarlo a la realidad  tecnológica actual.

Definición nueva de libro:

“Obra científica, literaria o de cualquier otra índole que constituye una publicación unitaria editada en uno o varios volúmenes y que puede aparecer impresa o en cualquier otro soporte susceptible de lectura”

La nueva ley no ha contemplado una de las mayores exigencias del Gremio de Libreros: abolir el decreto del PP del año 2000 que permitía hacer descuentos en el libro de texto y mantener su precio fijo. La propuesta del Gobierno , en cambio, lo ha liberalizado.

La ministra de Cultura, Carmen Calvo, dice que se trata de una medida transitoria hasta que se consiga la gratuidad del libro de texto, el verdadero objetivo del Gobierno y que forma parte del programa del PSOE.

El PAÍS, sábado 4 de noviembre de 2006

 

Cruz Boria.  ( Miembro de REDES)


 

Opinión de una persona en un Foro de la Red

Todavía conservo los viejos libros de texto con los que estudié la EGB y BUP. En su momento, mis padres me enseñaron que habían costado mucho dinero y que había que conservarlos, aunque ocuparan espacio en el garaje. Rara vez valían para mis hermanos puesto que las editoriales variaban los textos cada año para obligar a mis padres a comprar nuevos libros. Sorprendentemente, por más que ha avanzado la tecnología, el sistema sigue siendo el mismo.

Todos los años los padres con hijos en edad escolar se tienen que gastar una auténtica pasta en libros que sólo sirven para unos meses. En EE.UU. (estudié allí COU) recuerdo que, al menos, era la propia escuela la que adquiría las obras y las reutilizaba cada curso. No permitían que los editores se hicieran de oro innecesariamente, cosa que siempre he sospechado que toleran y hasta fomentan (¿quizás participen de los ingresos?) muchos colegios españoles.

Ahora parece que algunos gobiernos autonómicos están empezando a tomar cartas en el asunto. Pero su solución es poco efectiva. Consiste en ayudar a las familias para que puedan comprar los libros, lo que de hecho mantendrá el sistema y sólo modificará al pagador, que pasa a ser la Administración.

No me explico por qué a nadie se le ha ocurrido comprar los contenidos para liberarlos posteriormente y conseguir que sea la propia comunidad académica la que, de forma permanente y colaborativa, los actualice. Lo lógico es que a día de hoy, con el esfuerzo que se ha hecho en introducir los ordenadores en las aulas, los libros ya no estén sólo en papel y pasen a formar parte de inmensos wikis escolares. Estoy convencido, además, de que muchos alumnos estudiarían mucho más en la wikipedia de su colegio que en el siempre aburrido libro de Santillana (por cierto, uno de las compañías más rentables del imperio del Grupo Prisa) o de Anaya.

Y estas ideas no son sólo aplicables al mundo de la educación. Pensemos en la legislación, un turbio mundo de normas, reformas, enmiendas y demás correcciones que se suceden de forma continuada. Recuerdo de mis tiempos de estudiante de Derecho que había que comprar pequeños códigos del tamaño de un ladrillo que apenas servían uno o dos años. Un suplicio que los wikis corregirían rápidamente.

 No estaba firmado


 

Una ley conservadora 

FEDERICO IBÁÑEZ SOLER

EL PAÍS  -  Cultura - 04-11-2006

Bienvenida sea una nueva ley que establece para el libro y la edición un nuevo marco jurídico. Recordemos que la vieja ley de marzo de 1975 -todavía, pues, fruto de la dictadura- estaba prácticamente revocada en todos sus artículos, con excepción de uno solo sobre el que precariamente se ancló el real decreto que estableció en nuestro país el sistema del "precio fijo" o único para los libros.

Ahora, la ley cimentará sobre bases sólidas ese sistema vigente en casi todos los países de Europa en virtud del cual el comprador de libros encuentra el título que busca al mismo precio en cualquier librería, en cualquier punto de venta. Protege al comprador, fija la competencia entre libreros en la variedad y calidad de la selección que él, como profesional, ha hecho, no en la mera rebaja de los precios, y, finalmente, permite la presencia en las librerías de los llamados "libros de fondo".

Se excluyen ahora del precio fijo los libros de texto: no es buena noticia porque debilita el sistema, pero debe reconocerse que el de texto es un libro que, por su manera de producirse, comercializarse y por el tipo de demanda que satisface, tiene características propias. Todos los padres y madres de familia han pasado por esa experiencia. Dentro de lo malo, lo mejor, esto es: que el libro de texto pase al régimen general que opera para todos los productos. Lo malo era lo de los descuentos que finalmente sólo beneficiaban a las grandes superficies, produciendo daños a la red librera y sin que a medio plazo los compradores obtuvieran mayores beneficios. El círculo vicioso era a mayor descuento, mayor precio de venta al público. El proyecto de ley opta pues por lo segundo mejor. No está mal.

Siento, eso sí, como editor independiente que la ley no se atreva a adentrarse en otros terrenos que el libro reclama a estas alturas. No se atreve a apostar por la variedad y pluralidad de la edición y no recoge "medidas encaminadas a proporcionar a las industrias culturales independientes nacionales y a las actividades del sector no estructurado un acceso efectivo a los medios de producción, difusión y distribución de bienes y servicios culturales" como recomienda la Convención sobre la diversidad de las expresiones culturales de la UNESCO, cuya aprobación nuestro país, sin embargo, apoyó decididamente. Esto de la "bibliodiversidad" es una cosa seria, porque son los editores independientes los que cubren fundamentalmente las líneas editoriales más complejas, por ejemplo, ciencias sociales, libros científico-técnicos, literatura de vanguardia, y los que se encarga de mantener el patrimonio cultural escrito accesible a los lectores.

Y otro hueco: lo que se refiere al patrimonio digital y a la presencia de las nuevas tecnologías en el libro. Fenómenos como los motores o buscadores de libros, -pienso ahora en las repercusiones de toda índole que pueda tener la inminente implantación de sistemas de búsqueda como Google book search-, no han sido contemplados, ni siquiera atisbados en la ley.

¿Una ley prudente o tímida? Dejémoslo en una ley conservadora que consolida firmemente aspectos esenciales del universo del libro, pero que deja a la edición independiente, y a gran parte de los nuevos editores, a la espera de tiempos mejores.

FEDERICO IBÁÑEZ SOLER es editor