FILOSOFÍA

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Nuevas prácticas filosóficas:

De los cafés filosóficos a los talleres de filosofía[1]

Gabriel Arnaiz

                                          gabriel.arnaiz@gmail.com

 

        À Oscar, mon maître à rire.

 

¿Qué están tramando los filósofos franceses?

 No resulta fácil exponer el contexto personal y cultural en el que se desarrollan las prácticas filosóficas de Óscar Brenifier y la concepción revolucionaria que este libro pretende conseguir, tanto en el ámbito de la educación como en el de la filosofía. Para ello, previamente necesitaremos dar un pequeño rodeo con el fin de explicar de forma somera ciertas actividades filosóficas (como los cafés filosóficos y los talleres de filosofía) prácticamente desconocidas en nuestro país que están funcionando con mucho éxito en Francia desde hace aproximadamente una década, así como los presupuestos teóricos en los que se fundamentan.

El diálogo en clase condensa en menos de doscientas páginas toda la sabiduría que Óscar Brenifier ha decantado durante una década practicando la filosofía con numerosos grupos de niños, adolescentes y adultos. Desde mediados de los años noventa, este filósofo francés –doctor en Filosofía por la Sorbona- imparte diversos tipos de “talleres filosóficos” por los cinco continentes: Francia, Noruega, Estados Unidos, Rusia, Irán, Mali, Etiopía, China,…

 

¿Qué es un taller de filosofía?

Un taller de filosofía es una nueva forma de enseñar filosofía en la que se acentúa más el proceso de construcción del pensamiento que el resultado del mismo, haciéndose más hincapié en el propio acto de filosofar –lo verdaderamente importante- que en la memorización de una serie de conceptos y de autores –lo accidental-. A un taller filosófico se acude fundamentalmente para hacer filosofía, no para aprender aquello que los grandes filósofos dijeron sobre tal o cuál tema (que es, por otra parte, casi la única forma que concebimos de “aprender filosofía”), es decir, para poner en práctica mediante el debate con otras personas nuestra capacidad de reflexión y de crítica. Y de eso trata esencialmente la filosofía. El objetivo de un taller de filosofía consiste en “aprende a filosofar”, en desarrollar nuestra capacidad innata de pensamiento y perfeccionarla, y no tanto en “aprender filosofía”. Se pretende convertir en realidad esa célebre máxima kantiana que afirmaba que “no se puede aprender filosofía, sino sólo aprender a filosofar”. Brenifier ha desarrollado una serie de técnicas y estrategias que aplica con indudable maestría en diversos contextos (cafés filosóficos, talleres filosóficos, consulta individual, cursos de formación, etc.) y con diferentes tipos de personas[1].

  

¿Y qué es un café filosófico?

         ¿Cómo surgen estos talleres filosóficos y por qué? Los talleres de filosofía aparecen en Francia a mediados de los años noventa como una evolución casi necesaria de los cafés filosóficos[2]. Los cafés filosóficos –o filocafés- son una modalidad típicamente francesa de “practicar filosofía” en común. Surgieron en París en el año 1994 cuando Marc Sautet, profesor de la Universidad de París, comentó incidentalmente en una entrevista por la radio que solía reunirse con un grupo de amigos en el “Café de Phares” de la plaza de la Bastilla de París. En pocos meses, se multiplicó el número de cafés filosóficos por todo el país, animados[3] por filósofos profesionales o por entusiastas. Oscar Brenifier fue uno de los primeros filósofos que, desde el principio, se implicaron en este tipo de actividad que pretendía de una u otra forma acercar la filosofía al hombre de la calle y devolverla al lugar de donde había surgido, al ágora y a la plaza pública. En pocos años, el número de cafés filosóficos en Francia superó el centenar[4], apareciendo diferentes enfoques y estilos de gestionar los debates, en función de las necesidades del contexto y de expectativas de la persona que lo dirigía. De esta necesidad de formalizar la práctica del debate, de profundizar en su metodología y de aumentar la exigencia filosófica de los debates fueron surgiendo y desarrollándose paulatinamente los diversos talleres filosóficos; es decir, como una modalidad diferente de café filosófico, aunque con un grado de exigencia filosófica más alto y una metodología más rigurosa.

Al amparo del florecimiento de estos cafés filosóficos, aparecieron un buen número de actividades paralelas o complementarias que continuaban en la misma línea de fortalecer una concepción de la filosofía como una práctica, cercana al ciudadano de a pie, con una importante vertiente social y comunitaria, y con un talante netamente divulgador. Brenifier animaba cafés filosóficos en cafeterías, pero también era requerido –y sigue siéndolo- por instituciones públicas o privadas, como ayuntamientos o asociaciones, para organizar este tipo de eventos con distintos colectivos (jóvenes con problemas, niños, ancianos,…) y en diversos contextos (después de una película, o de una obra de teatro, o de una conferencia, o confrontando dos testimonios,…).

 

¿Otro libro más de filosofía? 

 Nuestra respuesta será negativa si entendemos por filosofía únicamente aquello que tradicionalmente se viene considerando en nuestro país como tal; es decir, la disciplina que estudia la historia de los distintos sistemas filosóficos y de los autores que los concibieron y que únicamente se debe y puede estudiar durante los años de bachillerato. El diálogo en clase no enseña filosofía, sino que pretende ayudar a los profesores que lo lean a desarrollar y perfeccionar unas técnicas y estrategias para filosofar con sus alumnos, tengan éstos la edad que tengan, ya sean éstos alumnos de educación infantil, de primaria o de bachillerato.  

 

 ¿Es posible filosofar con niños? 

 No sólo es posible, sino que es muy recomendable, e incluso me atrevería incluso a afirmar que es imprescindible. Con frecuencia, nos percatamos de la incapacidad del currículum oficial para lograr que nuestros alumnos adquieran un dominio de su capacidad de expresión -oral y escrita- y de argumentación, y por ello, las autoridades educativas han decidido recientemente aumentar la carga de horas lectivas de las asignaturas instrumentales, lengua y matemáticas, para paliar ese déficit que una y otra vez demuestran nuestros escolares en las pruebas internacionales que evalúan la calidad educativa. ¿Y no sería mejor cambiar la forma de interiorizar esas capacidades y esas destrezas? ¿No sería mejor enseñar a dominar cierta actividad mediante el perfeccionamiento de dicha práctica? En algunos países de nuestro entorno cultural, como Francia, Gran Bretaña o Estados Unidos, empiezan a darse cuenta de las enormes posibilidades que tiene la filosofía así concebida para mejorar, por un lado, el rendimiento escolar general de los alumnos y, por otro, para prevenir ciertas conductas disruptivas –como el incremento de la violencia en las aulas, el consumo generalizado de drogas, los embarazos no deseados, etc- y potenciar la adquisición de un pensamiento autónomo y de una conducta más responsable.

 

¿Desde cuándo se practica la filosofía con niños? 

La utilización del debate con niños con intenciones filosóficas no es una idea que se le haya ocurrido al autor de este libro. Inicialmente, fueron Mathew Lipman y Ann Sharp quienes en los años ochenta diseñaron un completo programa educativo para enseñar a filosofar a los niños a través de una serie de “novelas filosóficas” que escribieron para cada franja de edad[5]. Estas novelas eran el estímulo para provocar unos debates de naturaleza filosófica entre los propios alumnos. El movimiento se ha extendido por todo el mundo, y es aplicado en cientos de escuelas en más de treinta países. En España, este enfoque ha sido introducido por Félix García Moriyón[6] y se ha desarrollado de diversas formas y por diversos autores, siendo el grupo de Barcelona uno de los más activos e innovadores[7]. En otros países con una mayor tradición filosófica, como en Inglaterra, el grupo liderado por Karin Murris y Joanna Haynes[8] ha adoptado la innovadora propuesta que implica este enfoque, su concepción práctica y grupal de la filosofía, pero introduciendo ciertos cambios importantes y prescindiendo de las novelas iniciales escritas por Lipman. Los franceses[9], por su parte, siempre reacios a aceptar cualquier innovación foránea, han adaptado este metodología según su peculiar idiosincrasia, extendiendo este enfoque a otros públicos (adultos, personas mayores, amas de casa, etc., es decir: a todos los ciudadanos) y a otros contextos (cafeterías, bibliotecas, asociaciones, medios de comunicación, etc., es decir: a todos los lugares públicos), creando y popularizando los cafés filosóficos y los talleres de filosofía, y ampliando así esta nueva concepción de práctica de la filosofía del estrecho marco de las aulas a la generalidad de la población. 

 

¿Cómo conseguir que los niños filosofen entre sí?  

Exactamente igual que los adultos, a través del debate formalizado, y con mucha paciencia y mucho tacto. ¿Puede efectivamente conseguirse? Por supuesto, siempre y cuando el enseñante esté suficientemente formado en esta modalidad de enseñanza. Brenifier imparte cursos de formación por todo el mundo donde muestra practicando sus distintos talleres y cómo aplicar de forma exitosa los consejos y técnicas que desarrolla en este libro con diversos tipos de público, ya sean niños, adolescentes o adultos[10].

 

¿Somos todos filósofos?   

¿No es acaso la filosofía una materia exclusivamente para adultos? ¿Cómo conseguir esa especie de “cuadratura del círculo”: el que los niños filosofen entre ellos? A través de una formalización y depuración de la técnica del debate. Todas las personas pueden practicar la filosofía de forma natural, es decir, todos somos en cierta medida filósofos por naturaleza. Todos nos planteamos preguntas -y particularmente los niños- cuya respuesta anhelamos saber, y buscamos el por qué de “las cosas que nos suceden”. Todos, y muy especialmente los niños, nos sorprendemos alguna vez y tenemos curiosidad por saber la razón por la que “suceden las cosas”. En principio, todo el mundo es capaz de pensar (de forma más o menos tosca), pues todas las personas manejamos en nuestra vida cotidiana ideas, nociones y pensamientos de todo tipo. Todos tenemos múltiples opiniones sobre las cosas que nos rodean y que nos suceden. Y los niños también. Estas opiniones provienen del ambiente que nos rodea, de nuestro entorno familiar y cultural, y a veces, también incluso de nosotros mismos. E ingenuamente consideramos que estas opiniones en las que estamos son absolutamente ciertas, son la auténtica realidad. O como diría Ortega y Gasset: “las ideas se tienen, en las opiniones se está”. Con esta frase, el filósofo madrileño quería acentuar este rasgo que nosotros estamos mencionando, el hecho de que no solemos ser conscientes de que ciertas “certezas” que consideramos indiscutibles no son más que opiniones -doxa, en griego-, es decir, “opinión común”.

 

¿En qué consiste eso de filosofar

Filosofar consiste en confrontar esta opinión común con lo extraño, con la paradoja (para-doxa), con la opinión que nos inquieta, que nos sacude, que tambalea nuestras certezas. La filosofía consiste en dialogar con los ciudadanos corrientes, confrontando sus opiniones, sus certezas individuales, con otras opiniones diferentes. Filosofar consiste, según Óscar, en “trabajar la opinión, en moldearla como si se tratase de arcilla, para convertirla en algo problemático y que así salga de su estatus de evidencia petrificada; es decir, para tambalear por un momento la certeza de su indiscutible verdad”[11].

 

¿Hay que resucitar a Sócrates? 

Para Brenifier, filosofar consiste en restaurar la tradición socrática de la filosofía –basada en la confrontación con el discurso de uno mismo y con el de los otros que implica todo diálogo- y en profundizar en los presupuestos latentes que estas opiniones encubren. Este enfoque de la práctica filosófica, inspirado en la mayéutica socrática, y que pretende implantar una concepción más bien social o comunitaria de la filosofía, implica un auténtico giro copernicano en la enseñanza de la filosofía y, por extensión, de la concepción de la educación.

 

¿El “arte” de filosofar? 

La filosofía deja de ser una materia específica y elitista que debe ser exclusivamente impartida a los alumnos de bachillerato, centrada principalmente en transmitir una serie de conocimientos a través del monólogo del profesor, y se convierte más bien en un arte: el arte de formular buenas preguntas, el arte de escuchar verdaderamente al otro; en una técnica, la de la atención; en una disciplina y una ascesis, en una lucha, en una gimnasia, en unos ejercicios que pueden aplicarse a todo tipo de públicos por cualquier tipo de enseñante. La filosofía entendida eminentemente como el perfeccionamiento de una práctica (de una actitud determinada y unas competencias específicas: identificar nuestro discurso, realizar un análisis crítico y distinguir los conceptos en juego), como una forma de vida, como una propedéutica.

El diálogo con los otros nos sirve para poner a prueba nuestro propio discurso, nuestras opiniones y certezas individuales y para poner de manifiesto nuestros presupuestos teóricos, nuestras “patologías filosóficas” individuales. Para Óscar, cada opinión es un reflejo de una perspectiva diferente sobre la realidad, de una forma específica de concepción del mundo, y por lo tanto, un reflejo de una patología filosófica singular.

 

¿Se puede enseñar a debatir? 

Ése es el objetivo que pretende alcanzar su autor con este libro, El diálogo en clase Brenifier nos explica cuáles son los pasos para llevar a cabo una discusión filosófica con un grupo de personas, normalmente alumnos de secundaria, y algunas de las técnicas que él utiliza para dinamizar una clase, prescindiendo del enfoque tradicional que se sustenta principalmente en la “clase magistral” y en el monólogo del profesor. Los ejercicios que nos plantea incluyen innovadoras propuestas para trabajar grupalmente un texto, o para corregir colectivamente un trabajo o para cuestionar todos juntos una hipótesis de partida o para crear conjuntamente una historia. Propuestas todas ellas que Brenifier nos propone desde la seguridad que otorga el saber que han sido puestas en práctica durante muchos años y que efectivamente funcionan, a pesar de lo extrañas o estrambóticas que nos puedan parecen, acostumbrados como estamos por estas tierras al libro de texto y a la lectio al más puro estilo medieval.

La primera parte del libro está dedicada a establecer los fundamentos teóricos de las propuestas anteriormente mencionadas; es aquí donde el autor despeja los posibles reparos, reticencias y prevenciones que los profesores más ortodoxos puedan albergar con respecto a esta dinámica eminentemente dialógica. Brenifier nos recuerda que este enfoque metodológico subraya más el proceso de investigación en común que el resultado producido, por lo que el “trabajo en sucio” es más importante que el producto final -el “trabajo en limpio”-; así que el profesor deberá arriesgarse a “perder el tiempo”, reproduciendo los procesos de aprendizaje que han dado lugar a las ideas y conceptos fundamentales del pensamiento, en lugar de explicar el resultado del problema. O como diría nuestro Ortega, antes de enseñar una determinada disciplina deberíamos provocar en el alumno la curiosidad por aprender ese materia que se va a aprender. Oscar nos recuerda, igual que Popper, con una singular pedagogía del error, la enorme importancia de que los alumnos aprendan de la práctica de los “errores de pensamiento” que se van cometiendo a lo largo de la discusión, pues sólo así serán capaces verdaderamente de aprender. En conclusión, la primera parte de Enseñar mediante el debate pretende ser una justificación teórica de la metodología a utilizar, de la necesidad de ejercitar de forma continuada la práctica del pensamiento, de incitar a filosofar colectivamente, de aprender de la confrontación con los otros y con nosotros mismos, en suma, de aprender esencialmente desde la práctica y no únicamente desde la teoría.

En la segunda parte del libro, Óscar nos propone cinco grandes tipos de ejercicios filosóficos (con numerosas variantes en cada uno de ellos y adaptaciones a diversas circunstancias) con los que conseguir que nuestros alumnos profundicen en su pensamiento, cinco modalidades para ejercitarnos filosóficamente y con los que ponerlos a prueba: 1) El arte de preguntarse mutuamente, 2) Aprendemos a leer un texto, 3) Preguntémosle a quien pregunta, 4) Cuéntanos una historia y 5) La corrección mutua.

Y todo ello sin mencionar ningún autor consagrado, ningún concepto filosófico expreso, ninguna corriente filosófica abstrusa.

 

¿A quiénes va dirigido este libro? 

 El libro está pensado para ser utilizado tanto en las clases de ética y filosofía de secundaria y bachillerato, aunque puede ser aplicado en otras asignaturas (Lengua, Ciencias Sociales, Religión y “Alternativa”[12], Matemáticas y Ciencias Naturales, Lenguas Extranjeras, etc.),  en diversos niveles (primaria, infantil, etc.) y en contextos diferentes (educación de adultos, tutorías de la ESO, aulas de la experiencia, niños con dificultades, etc.); es decir, en todos aquellas situaciones en las que estemos interesados en la adquisición de unos determinados procedimientos y actitudes –por ejemplo, potenciar la capacidad de reflexión y crítica-, o cuando deseemos obtener un auténtico aprendizaje significativo. El autor nos recuerda una y otra vez que esta modalidad de enseñanza es un proceso lento, que requiere de mucho tiempo y paciencia para que los mecanismos intelectuales que pretende conseguir se implanten efectivamente en los alumnos, y en donde el resultado es menos importante que el propio proceso de aprendizaje. Platón se refería a este tipo de enseñanza como “el método largo”, imprescindible para que el aprendizaje se interiorice de forma vivenciada, frente al “método corto”, más centrado en la mera asimilación de datos y nociones, sin ninguna implicación personal del alumno. Este procedimiento largo se refleja claramente en los primeros diálogos socráticos –por ejemplo, en El Menón- en los que el viejo Sócrates pacientemente dialoga con su interlocutor, interpelándolo, confrontándolo con sus contradicciones y ayudándole a descubrir sus “falsas creencias”. El autor privilegia con este innovador enfoque eso que en el currículum oficial se denominan contenidos procedimientales y actitudinales, frente a los tradicionales contenidos conceptuales, basados en la mera transmisión de unos determinados conocimientos.

 

¿Quién es Óscar Brenifier? 

Hoy en día, el autor de El diálogo en clase es uno de los filósofos más destacados –tanto en el ámbito teórico como en el práctico- en el campo de la didáctica de la filosofía y en concreto en el recurso del debate como método pedagógico. Desde 1999, es el responsable de L´Àgora, la revista internacional sobre didáctica de la Filosofía más importante del momento y punto de referencia ineludible para toda persona interesada por estos temas[13].

Óscar Brenifier pertenece a un vigoroso movimiento de filósofos franceses que apuesta fuertemente por la enseñanza de la filosofía según esta nueva metodología. Este grupo de profesionales (entre los que podemos destacar a Anne Lalanne[14], Alain Delsol[15], Silvain Connac[16], Jacques Levine[17], Jean-Charles Pettier[18], Jean-François Chazerans[19] o Gilles Geneviève[20], entre otros muchos) se concentra alrededor de Michel Tozzi[21], profesor de didáctica de la Universidad de Montpellier, coordinador de numerosas obras sobre la materia[22] e impulsor dentro del marco académico e institucional de este tipo de prácticas filosóficas. El movimiento está a su vez respaldado por bastantes Centros Regionales de Documentación del Profesorado (CRDP)[23] y por numerosas Escuelas de Magisterio (IUFM). Asimismo, cada año se celebran en Francia un Coloquio Nacional sobre Nuevas Prácticas Filosóficas[24], donde se analizan las distintas metodologías existentes y los enfoques desarrollados en diversos contextos.

 

¿Un periódico filosófico?  

Pero Brenifier no sólo imparte talleres y cursos a diversos colectivos y escribe artículos en revistas especializadas, su labor como filósofo práctico[25] abarca otras muchas actividades.

A mediados de los noventa fundó un “periódico filosófico” para todos los públicos: una revista mensual muy similar a otras que se pueden encontrar en los quioscos de otros países (por ejemplo, la Filosofie Magazine[26] en Holanda, o The Philosopher´s Magazine[27], en Inglaterra). Su Vilain Petit Canard -El Patito Feo, en homenaje a ese célebre cuento de Andersen- es un referente indispensable para todo filósofo práctico. Esta revista que el autor dirigió, con la colaboración silenciosa e inestimable de su mujer, Isabelle Millon, se concibió con el objetivo de otorgar “la palabra al pueblo”; de que todas aquellas personas que no disponen de la oportunidad de expresarse en los medios de comunicación de masas pudiesen comunicar su pensamiento, sus ideas y sus reflexiones. Un periódico de contenido filosófico para todos los públicos y elaborado por su propio público, compuesto de poemas, dibujos, reseñas de libros, de películas y de obras de teatro, de artículos de opinión, de narraciones filosóficas, y fundamentalmente de pequeños artículos ensayísticos, que más bien tenían las características de una columna. Él y su mujer, responsables de la selección de los textos y de la edición, cuidadosamente seleccionaban cada mes, entre los cientos de colaboraciones que recibían por correo, aquellos artículos que les enviaban sus lectores para componer esa pequeña gran “obra de arte” que fue El Patito Feo. La revista, después de siete años de ininterrumpida presencia en los quioscos franceses, desapareció hace tan solo un par de años. Los autores, exhaustos de tanto trabajo, decidieron poner fin al proyecto. 

 

¿Un concurso de redacción filosófica? 

 Junto con El patito Feo, y Singulier/Pluriel (una revista de ensayo filosófico para un público más especializado, de edición trimestral, precedente en cierta medida de lo que luego sería Diotime L´Agora), Brenifier organizó también durante varios años un concurso de “narraciones filosóficas” para jóvenes y adultos en diversos formatos (diálogo, narración, cuento, ensayo propiamente dicho, etc.).  

 

¿Un programa filosófico de radio? 

Durante esas fechas, también dirigió varios programas filosóficos en emisoras de radio locales[28]. Por ejemplo, el programa de radio que condujo con Maître Colette en la emisora local Radio Alpha, en Sarthe, de 9.30 a 11 de la noche, cada quince días, en el que invitaba a personas de distintas profesiones (médicos, deportistas, coleccionistas, actores, pintores,...) a debatir filosóficamente sobre un tema determinado de antemano[29].

 

¿Qué es la orientación filosófica

Asimismo, desde hace más de cinco años, Brenifier practica también una peculiar forma de orientación filosófica individual[30]. Con el término de “orientación filosófica” –y siguiendo las coordenadas del Grupo ETOR[31] de Sevilla-, denominamos el proceso mediante el cual un filósofo utiliza estrategias y herramientas filosóficas para ayudar a una persona a “resolver” sus problemas personales, aunque nosotros diríamos más bien a “disolver” sus problemas, a contemplarlos desde una nueva perspectiva. 

 

¿Libros que nos invitan a pensar? 

Pero, además de su labor como filósofo práctico, y como teórico de la didáctica de la filosofía, Óscar ha publicado numerosos libros de iniciación filosófica, que son el complemento perfecto de esta obra que estamos prologando. Brenifier es el responsable de dos colecciones de filosofía, una para niños (PhiloZenfants, con tres títulos publicados) y otra para adolescentes (L`apprenti philosophe, de la que han aparecido ocho títulos por el momento)[32].  

 

Pero, ¿se puede aprender a pensar? 

Empezaremos por los ocho libros de la colección L´Apprenti Philosophe (El aprendiz de filósofo). Esta colección, publicada por la editorial Nathan, abarca ocho temas o “bloques de contenido” diferentes[33]. La estructura de estos ocho libros es esencialmente la misma; el núcleo está compuesto por la recreación de un diálogo entre un joven, Víctor, y una amiga filósofa, Eloísa, que, a modo de partera socrática, le va ayudando a pensar por sí mismo, a aclarar sus ideas y a detectar sus errores de pensamiento (eso que en lógica informal se conoce como falacias) mediante una sutil mayéutica. Como dice el autor en el prefacio: “Proponemos este diálogo como un instrumento con el que podrás entrenarte en filosofía, al mismo tiempo que el protagonista. Víctor debe aprender a plantearse algunos interrogantes y a pensar por sí mismo; debe adquirir el hábito de cuestionar sus creencias y nociones adquiridas, y a partir de sus propias ideas, aprender a formular preguntas, a aprovechar sus intuiciones y también a sacarle partido a sus errores. […] Nuestro objetivo reside en que el aprendiz de filósofo se entrene elaborando su propio pensamiento filosófico, confrontándose consigo mismo y con los demás”. Cada libro –que comprende un “bloque temático” diferente- , está dividido a su vez en ocho breves diálogos, de unas seis páginas cada uno, que funcionan a modo de capítulos donde se desarrolla socráticamente un aspecto o problema del tema que están abordando, y en los que Eloísa va ayudando a Víctor a salir poco a poco del laberinto de su caverna de opiniones embrolladas. Estos mini-diálogos van acompañados de anotaciones en los márgenes para asegurar un mejor aprovechamiento de la lectura del diálogo y para ubicar ésta dentro de un contexto filosófico.

Además, el diálogo está salpicado de abundantes observaciones metodológicas que aclaran las idas y venidas de Víctor en su lucha por formular su pensamiento adecuadamente. Al final de cada capítulo se incluye un breve resumen de la problemática analizada y un sucinto diccionario filosófico con los conceptos más importantes discutidos durante el capítulo. En total, cada libro analiza unos ochenta conceptos de raigambre filosófica.

Hay que decir que estos ocho libros de Óscar presentan una solidez solo comparables a las obras de Lipman, puesto que su propuesta combina perfectamente la seducción literaria (al recurrir al artificio de la narración dialogada) y el rigor filosófico, al vincular la discusión con el instrumental lógico necesario para ir desbrozando los conceptos, explicados al final del capítulo y con los textos de los grandes filósofos. En resumen, una propuesta didáctica mucho más interesante y recomendable para los alumnos de secundaria  que las obras más conocidas de otros autores con más renombre –autóctonos y foráneos- que carecen de las virtudes de los libros de Oscar y que demuestran que, en el fondo, no son el resultado de la praxis docente ni de una cuidada reflexión sobre ella. Una colección ideal para utilizar como material de trabajo en las clases de Filosofía de 1º de Bachillerato, o como libro de lectura voluntaria, o inclusive en las clases de los primeros cursos de la Facultad, si es que éstas alguna vez pierden su carácter de clase magistral y se abren a otros enfoques más enriquecedores. A través de todas sus páginas, unas setecientas en total, se percibe claramente el gran dominio adquirido como consecuencia de las muchas horas de clases, de cafés filosóficos y de talleres (no hace falta más que verle dirigir uno) que el autor ha animado a lo largo de su dilatada trayectoria profesional, pues sus libros rezuman la sabiduría de los grandes maestros, de los grandes docentes.

 

¿Se puede escribir un libro sólo con preguntas? 

 Óscar Brenifier prácticamente lo ha conseguido. Este prestidigitador de la filosofía ha sacado de su sombrero (y no es pura retórica, pues una de las características distintivas de Óscar es su sempiterno sombrero de viajero errante) en el año 2004, también en la editorial Nathan y con el título de PhiloZenfants, una colección dedicada a los más pequeños, a los niños de siete años en adelante[34]. Estas obras pretenden “servir de primera iniciación al cuestionamiento filosóficos a todos aquellos niños que se plantean preguntas importantes sobre sí mismos, la vida y el mundo. Una colección indispensable para esos adultos que deseen ofrecer a estos niños un diálogo en lugar de las respuestas consabidas”. Como afirma el autor en el prólogo: “no se trata de excluir la respuesta de los padres, puesto que ésta puede ayudar al niño a constituirse. Pero es conveniente también enseñar a los niños a pensar y juzgar por sí mismos, a reflexionar para que puedan adquirir su propia autonomía y convertirse en personas responsables”.  Cada uno de los tres libros está compuesto por seis grandes preguntas que funcionan a modo de capítulos específicos. A cada gran pregunta, se le ofrece normalmente cinco posibles respuestas, con tres preguntas que cuestionan a su vez la validez de cada una de las respuestas previas. Ofreceremos un ejemplo para ser más claros: a la gran pregunta “¿Es mejor estar solo o con amigos?”, se responde con “prefiero estar solo para reflexionar”, y se cuestiona esta respuesta con “sí, pero… (a) ¿Reflexionamos sólo con las ideas de uno mismo o con las de los demás?, (b) ¿No reflexionas mejor explicándole a los demás lo que tú piensas?  (c) ¿Quién te corregirá si tú te equivocas?”. Para formarse una idea precisa de cómo se presentan estos interrogantes, debemos aclarar que estas preguntas corresponden a dos páginas completas de uno de los libros, y que están acompañadas de numerosas ilustraciones explicativas que proporcionan el aliciente visual necesario para convertirlas en “anzuelos” muy atractivos con los que “jugar” debatiendo. Así, mediante las ilustraciones, y como sin darnos cuenta, el autor nos regala en cada libro más de cien preguntas con las que poder pasar un buen rato de discusión.  Por lo tanto, cada libro proporciona numerosas horas de reflexión, de indagación y de pesquisas filosóficas. Estos libros pretenden ser esencialmente un instrumento para el debate, una excusa para propiciar la reflexión y el pensamiento; son una especie de escaleras metálicas  wittgenstenianas que usamos para subir al piso de arriba y que luego podemos  tranquilamente abandonar.

Nos encontramos, como con la colección anterior, ante unos libros muy sólidos, donde se palpa el peso de la vigorosa praxis docente que los sostiene, de ahí la fertilidad de su propuesta y la riqueza de las preguntas planteadas. A pesar de su sencilla apariencia, les diré que, para los docentes que llevamos bastantes años embarcados en este enfoque, buscando la formulación adecuada de las preguntas que inciten la reflexión, nos encontramos ante unos libros nada fáciles de escribir, muy al contrario. Reitero, detrás de Oscar, a diferencia de otros autores, hay mucho trabajo con los verdaderos destinatarios de sus libros: en este caso, los niños.

Ojalá encontremos algún editor en España que se arriesgue a traducir este tipo de obras filosóficas para los más pequeños, pues aunque en nuestra lengua no existan todavía muchos títulos, pensamos que todavía está por publicar el libro que verdaderamente conecte con el público infantil, y esos libros pueden ser los de Brenifier, pues están basados en su contacto frecuente con niños de todos los rincones del mundo[35].

A mi juicio, los libros de iniciación filosófica de Brenifier son superiores a otros libros similares publicados en lengua española, puesto que los libros de Óscar están pensados -especialmente los destinados a los niños- para propiciar el diálogo, ya sea entre padres e hijos, entre compañeros, dentro del aula o fuera de ella; son libros para leer con otra persona y que el pensamiento “despegue”; son libros para desencader la reflexión en grupo. Los otros, suelen ser libros donde se ofrecen respuestas; en cambio, Óscar, nos plantea preguntas y nos pide que pensemos por nuestra cuenta. Eso es verdadera filosofía.

 

¿Un CD-ROM filosófico

Últimamente, nuestro infatigable filósofo se encuentra trabajando en una serie de CD-ROMs destinada a niños desde los 7 hasta los 13 años y titulada Mobi-Clic[36]. El proyecto, editado por la editorial francesa Milan, consiste en una especie de “revista juvenil multimedia” de periodicidad mensual sobre diferentes temas educativos, con un tratamiento muy actual y con un enfoque muy lúdico. El formato es muy parecido a esos juegos multimedia que ya existen en el mercado en CD-ROM, y posee muchos elementos interactivos que lo convierten en un producto muy atractivo. En esta revista multimedia mensual, Brenifier tiene reservada una sección específica de filosofía con niños que se denomina Croc´Philo. En esta sección, podemos presenciar en forma animada cómo un grupo de niños de un colegio específico reflexiona conjuntamente, es decir, filosofa, sobre una cuestión determinada. Por ejemplo, en uno de los últimos números, se trata el tema de “¿Es normal sentir vergüenza?”, y podemos escuchar y leer las reflexiones de estos niños –grabadas con su propia voz- sobre este tema, contemplar auténticas fotografías de sus rostros y varias animaciones en las que algunos de los grandes filósofos de la historia nos comentan cuáles son sus reflexiones respecto al asunto que se está debatiendo. La impresión general del conjunto es sobrecogedora, no habíamos visto nada parecido al respecto, pues los programas informáticos sobre filosofía existentes en el mercado español (El mundo de Sofía, La aventura del pensamiento o Viaje por el pensamiento)[37] dejan bastante que desear, por ser en general algo anticuados, escasamente dinámicos, visualmente muy poco atractivos y excesivamente deudores del formato papel. 

 

¿Filosofía práctica

El propósito que ha impulsado la traducción de este libro, así como el de otros artículos de temática similar que hemos publicado[38], pretendemos que el público español e hispanoamericano conozca una forma nueva de concebir la filosofía, eso que internacionalmente ya empieza a conocerse aquí también como Filosofía Práctica[39] y, más en concreto, el modelo francés de esta nueva disciplina y de este movimiento de la mano de quien nos parece su mejor representante. Esperamos haberlo conseguido.

 

¿Y el futuro?

Me gustaría terminar esta introducción con un párrafo de Óscar donde se nos recuerda la labor sin fin de una tarea -la de ayudar a pensar- que él tiene el don de convertir en apasionante: “Las últimas preguntas puede que queden sin respuesta. Mucho mejor. No es indispensable que sean respondidas. Una pregunta puede ser apreciada por ella misma, simplemente porque es una hermosa pregunta, o porque plantea un bonito problema, lleno de sentido y de valor. […] Porque el pensamiento es un camino que nunca termina”.  

 

       GABRIEL ARNAIZ es profesor de filosofía de enseñanza secundaria (www.lopezdearenas.com/filosofia) y licenciado en Derecho, miembro del Grupo ETOR (www.grupoetor.org) y de la AAFI (Asociación Andaluza de Filosofía), vinculado al movimiento de “Filosofía para Niños”, organizador del primer café filosófico en nuestro país (www.lopezdearenas.com/filocafe/index.htm) e introductor de la obra de Brenifier en España. Imparte cursos y talleres sobre temas relacionados con la Filosofía Práctica: cafés filosóficos, talleres de filosofía y diálogos socráticos (www.blogia.com/filosofiapractica) y sobre Didáctica de la Filosofía y la incorporación de las TIC a la Filosofía (www.blogia.com/filotic). Forma parte del equipo organizador de la 8ª Conferencia Internacional de Filosofía Práctica y docente del I Master en Filosofía Práctica de la Universidad de Sevilla.


NOTAS


 

[1] Este artículo constituye el prólogo introductorio que escribí al libro de Óscar Brenifier El diálogo en clase (Ediciones Idea, Tenerife, 2005) como presentación al público español de la excelente labor desarrollada por uno de los mejores exponentes teóricos y prácticos de la vertiente francesa de la Filosofía Práctica.


 

[1] Como hemos podido comprobar de forma fehaciente quienes hemos tenido la suerte de verle “en acción”, ya fuese en el café filosófico que animó en Sevilla –dentro de las actividades que se organizaron durante el I Congreso Iberoamericano de Orientación Filosófica que se celebro a mediados de abril del 2004-, en Copenhague –en la 7ª Conferencia Internacional de Filosofía Práctica en agosto del 2004-, en Madrid –en I Curso de Formación de Asesores Filosóficos- o en París.

[2] Para más información sobre los cafés filosóficos, puede consultarse el artículo de Brenifier titulado “Los cafés filosóficos”, traducido al español por Gabriel Arnaiz, y publicado en el número tres de la Revista ETOR que edita la Asociación X-XI, vinculada a la Facultad de Filosofía de Sevilla. (De libre consulta también en Internet, en <www.grupoetor.org>). En español, los únicos libros traducidos por ahora son los dos de Christopher Phillips: Sócrates Café. Un soplo fresco de filosofía (Temas de Hoy, 2002) y Seis pregunas preguntas de Sócrates. Un viaje por la filosofía del mundo (Taurus, 2005). Para más información, puede también consultarse la página web de su Society for Philosophical Inquiry, en <www.philosophers.org>. En francés, el libro imprescindible es Comprendre le phénomène café-philo -Comprender el fenómeno del café filosófico- (La Gouttière, 2000), obra colectiva dirigida por Yannis Youlountas, presidente de Àgora 81, con prefacio de Edgar Morin, y compuesta por treinta artículos  de  los animadores de cafés filosóficos más prestigiosos a nivel internacional, como Óscar Brenifier, Michel Tozzi, J. F. Chazerans, Daniel Ramírez, Gunter Gorhan o Bernard Roy.

[3] Los franceses prefieren utilizar el término“animateur” para designar a la persona que dinamiza un café filosófico o un taller de filosofía y el verbo “animer” para la acción de dinamizar el debate, que nosotros hemos traducimos en general por animadores y por animar, aunque en español el término tenga ecos cuanto menos extraños: las animadoras de los equipos de fútbol americanos, los animadores socioculturales,…Brenifier, en relación a los talleres filosóficos, rechaza el término de “moderador”, por considerarlo excesivamente neutro, pues el moderador no desempeña un rol activo en el debate.  En nuestra lengua todavía no disponemos de un término apropiado que designe de forma satisfactoria este tipo de actividades (ya sean cafés filosóficos, talleres de filosofía o diálogos socráticos) que el “filósofo práctico” (el practitioner, según los anglosajones) desarrolla con diversos grupos, sean estos formales o informales. En inglés, está acuñada y totalmente extendida el uso de la palabra “facilitator”, que algunos traducen por facilitadores (por ejemplo, Christopher Phillips -o mejor dicho, su mujer, Cecilia Chapa, la traductora- en su página web, en la sección titulada “Cómo facilitar un Café Sócrates”). Óscar Brenifier nos lo explicó de forma muy pedagógica en su casa de París, cuando le pregunté cuál era su opinión al respecto: “Indudablemente, yo prefiero el término de animador al de facilitador o al de moderador. Cada uno implica una concepción diferente de la función que debe tener la persona que organiza el café filosófico. Un moderador fundamentalmente distribuye la palabra, y eso lo puede hacer cualquiera, eso no es la tarea primordial del filósofo. El concepto de “facilitador” implica que uno “facilita” el debate, y a veces, la función del filósofo, porque yo considero que debe ser un filósofo quién anime un debate, no consiste en “facilitar” las cosas, sino en dificultarlas, en conseguir que se sea más preciso, que el pensamiento transcurra de forma más lenta, en plantearle preguntas a la persona que ha dado su “opinión” para problematizar su discurso, para que pase del estadio de la opinión, de la doxa, a un nivel más crítico. Y las preguntas del animador, suelen plantear dificultades y a veces hasta incomprensión o rechazo. Pero eso es lo que hacía Sócrates en su Atenas natal. El “animador” es el que “insufla” vida a un debate, el que le da vida, “animar” viene de ánima, en latín, lo animado, lo que tiene vida, en sentido aristotélico; el que regula el fuego en función de las circunstancias para que la “comida que se está cocinando” salga bien. El animador debe preguntar al participante para que este elabore su discurso, para que lo desarrolle y pase, como digo del estadio de la mera opinión a un nivel crítico más filosófico. […] Cuando yo animo los debates, suelo hacerle a veces hasta dos preguntas a la persona que interviene.” (entrevista concedida a Gabriel Arnaiz, todavía por publicar). En resumen, necesitamos en nuestra lengua un término que designe las diversas actividades y funciones que desempeña el filósofo práctico con los grupos y que traduzca el término de animateur y de facilitator. ¿Cuál de ellos será el que predomine? ¿facilitador? ¿animador? Por nuestra parte, reiteramos, cada vez nos convence más la segunda opción.

[4] Actualmente, hay diseminados por Francia más de 250 cafés filosóficos, según los datos que aporta Christine Vallin en su memoria de licenciatura titulada “Philosophie et nouvelles pratiques philosophiques: entre ruptures et continuité” (Universidad de Lille 3, 2003, página 40) Por su parte, en nuestro entorno cultural, el surgimiento de los cafés filosóficos es un fenómeno relativamente reciente. En el mundo hispanohablante, los peruanos de El Búho rojo fueron los primeros en instalarse en la red y su web sigue siendo una referencia inexcusable (<www.buhorojo.de>), así como la de la argentina Roxana Kreimer (<www.filosofiaparalavida.com.ar>). En España, el primer café filosófico del que tenemos constancia aparece en la localidad sevillana de Marchena, en el año 2002, animado por Gabriel Arnaiz. (Para más información, puede consultarse la siguiente página web: <www.lopezdearenas.com/filocafe/index.htm>). Desde entonces hasta ahora (diciembre, 2004) las iniciativas se han multiplicado: (1) En Sevilla capital, desde el mes de octubre, la librería La Casa del Libro, acoge el primer café filosófico de la ciudad hispalense, los primeros viernes de cada mes, de siete a nueve de la tarde, animado por Gabriel Arnaiz, del grupo ETOR). Por su parte, Francisco Barrera, también del grupo ETOR, anima un “vino filosófico” cada quince días en la localidad de Castilleja de la Cuesta, los jueves de ocho y media a diez de la noche (para más información, puede consultarse su propia página web: <www.vinofilosofico.es.vg>). (2) En Barcelona, la asociación Escuela de FilosofíaEl pozo” organiza, entre otras actividades, cafés y debates filosóficos. (Para más información, se puede consultar su web:

<http://perso.wanadoo.fr/mem6363/edf_cast/00000095000030622/index.html>) y otros grupos de filósofos (coordinados por Rayda Guzmán) han organizado un “té filosófico” cada quince días en un conocido local de la ciudad condal. (3) En Valencia están surgiendo también este tipo de iniciativas: Rosa María Sánchez, Javier Martínez y Carmina Peiró anuncian la celebración de cafés filosóficos cada quince días, los jueves, a las siete de la tarde en su página web <http://asesoramientofil.galeon.com/aficiones1055605.html>.

[5] Otros autores desde los años ochenta han considerado también la posibilidad de que los niños puedan filosofar y han utilizado diversos instrumentos para conseguirlo –fundamentalmente cuentos y narraciones-, aunque no han desarrollado un programa tan global y sistemático como el de Lipman. Por ejemplo, Gareth B. Mathews en Philosophy and the young child (Harvard University Press, 1980), Dialogues with children (HUP, 1984) y The Philosophy of childhood (HUP, 1994).

[6] Todas las novelas de Lipman (Harry, Lisa, Mark, Pixie, Kío y Gus, Elfie y muy recientemente, Nous) y sus correspondientes manuales del profesor –pues cada novela se acompaña de un voluminoso libro con actividades y ejercicios con sugerencias para trabajar las cuestiones filosóficas que plantean las novelas- han sido publicados por Ediciones de la Torre, incluido la adaptación canadiense que Gilbert Talbot escribió de la novela Harry, titulada Félix y Sofía. El propio Moriyón, junto con Magdalena García e Ignacio Pedrero, publicó un libro, Luces y Sombras, y un manual para el profesor, en el que proponían un planteamiento muy sugerente de la asignatura de la Historia de la Filosofía de 2º de Bachillerato: concebir la historia de la filosofía como una historia de las ideas. Otras obras de factura similar para la asignatura de ética son El libro de Manuel y Camila. Diálogos sobre ética (Gedisa, 2001) de Ernst Tugendhat -en colaboración con Celso López y Ana Mª Vicuña- y Cartas a Waldo. Un encuentro sentimental: Hacia una ética para jóvenes (Port Royal ediciones, 1996) de Gabriel García y Antonio Regalón. Asimismo, la editorial Diálogo ha publicado en su colección Tábano una serie de libros titulados “Lecturas para estrenarse en…” sobre ética, filosofía, antropología, psicología o filosofía de la ciencia con un formato muy parecido al de Lipman y un enfoque pedagógico similar.

[7]El grupo de profesores perteneciente al “seminario de Móstoles” (formado por Marta Aja, Vicente Traver, María Olivares, Alberto Ortega y Severino Pérez, entre otros) recientemente han publicado una serie de novelas adaptadas a nuestro entorno cultural con el título genérico de IES nº 8 (Doce Calles, 2005) y el subtítulo de Bajo Sospecha (para la asignatura de Ética en 4º de la ESO), Las reglas del juego y Expertos y ciudadanos (para la asignatura de filosofía en 1º de Bachillerato). Esperan sacar muy pronto una cuarta novela para 1º de Bachillerato. Desde el grupo de Valencia, Chema Sánchez Alcón, publicó hace unos años una novela excelente sobre la historia de la filosofía titulada El radiofonista pirado que desenterraba filósofos para explicarse el mundo (Anaya, 2001), el libro Siento, luego existo (Octaedro, 2002) y recientemente ha terminado otra novela fantástica titulada Las aventuras filosóficas de Toni Tonel. Un extraño viaje a la isla de los pensamientos perdidos (Ediciones Aljibe, 2005). En Barcelona, el grupo IREF (Grupo de Investigación e Innovación para la Enseñanza de la Filosofía) que coordina Irene Puig ha desarrollado el Proyecto 3/18 y el Proyecto Noria (a cargo de Ángela Sátiro, que ha editado los libros, La mariquita juanita y el manual del profesor titulado Jugar a pensar con cuentos (Octaedro, 2000), en colaboración con Irene). Ambos programas tienen por finalidad reforzar las habilidades de pensamiento en la escuela, desde la educación infantil hasta la educación secundaria con el objetivo de formar ciudadanos que piensen y hablen razonablemente. Esta misma autora ha publicado diversos materiales para ser utilizados en educación primaria -El cartero simpático, Cuentos para pensar- e infantil -Jugar a pensar. Recursos para pensar en educación infantil (Octaedro, 2000), en colaboración con Angélica Sátiro, y Persensar. Percibir, sentir, Pensar (Octaedro, 2003)- en los que adaptan y profundizan la metodología de Lipman. Puede ampliarse más información en la página web de la Asociación de Madrid, <www.filosofiaparaninos.com>, en la del grupo IREF, <www.grupoiref.org/esp> y en la de la Asociación de la Comunidad Valenciana, <www.fpncomval.com>.

[8] Recientemente ha sido traducido a nuestra lengua un libro de Joanna Haynes -Los niños como filósofos. El aprendizaje como indagación y en diálogo en la escuela primaria (Paidós, 2004)-. Karin Murris ha sido quien ha introducido en Gran Bretaña, después de haber estado trabajando con Lipman, esta nueva forma de filosofar con niños, publicando a su vez los libros Teaching philosophy with picture books (Infonet, 1992) y Storywise: Thinking through stories (Dialogueworks, 2002), en los que la autora nos muestra cómo utilizar las obras de arte, las fotografías y los cuentos infantiles para generar reflexiones filosóficas. También Roger Stucliffe y Steve Williams, vinculados también con el grupo de Karin y Joanna, han publicado en Internet material didáctico para ser utilizado en el aula usando las noticias: Newwise: Thinking through the news. No podemos tampoco olvidarnos de las aportaciones de un autor como Robert Fisher, quien ha publicado varios libros sobre este novedoso enfoque: Teaching children to think (S&Schuster, 1990), Teaching children to learn (Stanley Thornes, 1995), Stories for thinking (Nash Pollock, 1996), Games for thinking (Nash Pollock, 1997), traducido al español como Juegos para pensar (Obelisco, 2002), Poems for thinking (Nash Pollock, 1997). Para más información, pueden consultarse las siguientes páginas webs: <www.dialogueworks.co.uk>, <www.sapere.net> y <www.teachingthinking.net>.

[9] Brenifier se muestra crítico con algunos aspectos de la metodología Lipman, por considerla un protocolo de actuación bastante superficial, a pesar de ser la modalidad de debate con niños más conocida y extendida internacionalmente. Para más información, pueden consultarse en Internet su artículo en inglés “A quick glance at the Lipman method” (en <www.buf.no/e_resources/e_resources_c_6.html>), que también puede leerse en francés, con el título de “Regard critique sur la méthode Lipman”, en el número 21 de la revista L`Àgora (en <www.crdp-montpellier.fr/ressources/agora/D021048A.HTM>). Otros autores que plantean algunas reservas y formulan ciertas críticas al programa lipmaniano son Walter Kohan y Vera Waksman en su libro Filosofía con Niños. Aportes para el trabajo en clase (Ed. Novedades Educativas, 2000) y O. Olsholt y A. Schjelderup en su artículo “Philosophy for Children. A Norwegian Approach” (págs. 123-132) publicado en el libro Philosophy in Society. Papers presented in the 6th Internacional Conference on Philosophy in Practice (Unipubforlag, 2002).

[10] Próximamente, tendremos la suerte de disfrutar del savoir faire de Óscar en unos cursos de formación para el profesorado de secundaria que he coordinado para febrero del 2005 en el CEP de Sevilla y en la Universidad de Sevilla.

[11] Puede encontrarse más información sobre la forma peculiar que tiene Óscar Brenifier de concebir y aplicar sus prácticas filosóficas en Internet, en su web personal, (<www.brenifier-philosopher.fr.st>) en la que el autor incluye numerosos artículos en francés sobre su modo peculiar de concebir la práctica filosófica en sus diversas vertientes: sobre sus talleres filosóficos, su modo de aplicar la filosofía con niños, sobre orientación filosófica, sobre los fundamentos teóricos que sustentan su prácica, algunos cuentos filosóficos, etc.

[12] Esta metodología está especialmente indicada para la asignatura alternativa a la enseñanza de Religión, la denominada “Sociedad, Cultura y Religión” o “Estudio asistido”, coloquialmente más conocida como “Alternativa”, y para la posible asignatura que el Gobierno español pretende implantar, siguiendo el ejemplo francés. (Desde el año 1999, se viene impartiendo en Francia una nueva asignatura: la Educación Cívica, Jurídica y Social (ECJS), que se enseña siguiendo este enfoque que estamos aquí comentado en sus diversas y complementarias modalidades). También podría usarse la metodología del “Diálogo Socrático” de L. Nelson y G. Heckman que estoy introduciendo en España.

[13] El contenido de todos los ejemplares de la revista Diotime-L´Agora. Revue internationale de didactique de la philosophie pueden consultarse libremente en la siguiente dirección de Internet: <www.ac-montpellier.fr/ressources/agora>. L´Agora intenta superar el marco excesivamente académico y universitario de otras revistas de factura similar, como Teaching Philosophy, la primera revista que se publicó sobre didáctica de filosofía en el mundo.

[14] Lalanne es una de las primeras personas que ha practicado la filosofía con niños en Francia. Durante cinco años ha dirigido un taller semanal de filosofía con el mismo grupo de alumnos, que hoy por hoy constituyen la primera hornada de estudiantes que ha salido del sistema educativo francés con una formación continua en el perfeccionamiento de su capacidad de reflexión. La autora ha relatado esta experiencia y su particular enfoque metodológico (conocido como el “modelo Lalanne”, según M. Tozzi) en el libro Faire de la philosophie à l´école primaire (ESF, 2002).

[15] Delsol ha diseñado un complejo dispositivo (modelo democrático, según M. Tozzi) para provocar el debate filosófico en clase y en el que las diversas funciones que normalmente asume el profesor al dirigir un debate se distribuyen entre distintos alumnos. Ha explicado su metodología en varios artículos de la revista Diotime L´Agora.

[16] Connac está escribiendo una tesis doctoral sobre La discusión philosophique comme nouvelle institution dans les pédagogies coopératives, dirigida por Michel Tozzi, en la Universidad Montpellier III.

[17] Levine pertenece a la “orientación psicoanalítica” de este movimiento francés (según la clasificiación de M. Tozzi), y ha desarrollado, junto con A. Pautaurd, una metodología específica de funcionamiento, dentro de los postulados de la asociación AGSAS. Puede consultarse más información en la siguiente web: <www.marelle.org/users/philo>.

[18] Pettier introdujo en Francia en el año 1997 el uso del debate filosófico con alumnos con dificultades de aprendizaje, aquellos que en nuestro país se denominan alumnos de diversificación y de integración. Fue el primer filósofo que publicó una tesis doctoral sobre estas nuevas prácticas filosóficas, La discusión philosophique en éducation adaptée: utopie o nécessité?, Strasbourg 2, 2000). Asimismo, es autor de los libros Textes et debats à visée philosophique. Au cicle 3, au collège (en SEGPA et... ailleurs), CRDP de Créteil, 2003 y de Apprendre à debattre, Hachette, 2003.

[19] Chazerans es el presidente de la Asociación Philosophie par Tous y el coordinador de la web de referencia de este movimiento francófono, Pratiques Philosophiques, -<http://pratiquesphilo.free.fr/>-. En este sitio se proporciona información exhaustiva sobre las diferentes actividades que se desarrollan, como los Coloquios Nacionales sobre Nuevas Prácticas Filosóficas (hasta el momento se han celebrado ya cinco), la bibliografía más relevante, más de setenta artículos sobre los diferentes enfoques y aplicaciones de estas “nuevas prácticas filosóficas” y los enlaces más imprescindibles. Igualmente, Chazerans es el responsable de dos listas de difusión, una sobre prácticas filosóficas, <http://fr.yahoo.com/group/pratiques-philosophiques>, y otra sobre investigaciones filosóficas, <http://fr.yahoo.com/gropu/recherches-philosophiques>, en las que más de doscientas personas intercambian información y experiencias.

[20] Encargado del taller de Filosofía en la hierba: http://perso.wanadoo.fr/philoherb/caen.htm.

[21] Michel Tozzi ha sido el principal introductor de este nuevo tipo de prácticas filosóficas en el ámbito universitario y en las distintas instituciones educativas a través de múltiples actividades. Es autor de numerosos artículos sobre didáctica de la filosofía, y más en concreto, sobre la didáctica de este nuevo tipo de prácticas (cafés filosóficos, talleres, etc.), las denominadas en Francia como “nuevas prácticas filosóficas” (Nouvelles Pratiques Philosophiques), impulsor de los coloquios nacionales franceses, promotor de numerosos proyectos de investigación sobre estas nuevas prácticas filosóficas, coordinador de diversas obras colectivas sobre este tema, iniciador de la revista de didáctica de la filosofía Diotime L´Agora, director de varias tesinas y más de seis tesis doctorales sobre el tema, etc.  Tozzi reivindica y legitima la pluralidad de enfoques diferentes de estas “nuevas prácticas filosóficas” francesas frente a la homogeneidad del modelo lipmaniano, en el que sólo existe una metodología y un único protocolo de actuación que se aplica con excesiva ortodoxia. Recordemos, que Michel Tozzi es conocido, dentro del ámbito de la didáctica de la filosofía, por haber popularizado una concepción de la filosofía como una práctica que comprende tres capacidades o estadios: la problematización, la conceptualización y la argumentación. En internet,  puede consultarse libremente numerosos artículos sobre didáctica de la filosofía y sobre las metodologías de estas “nuevas prácticas filosóficas” en la web personal del autor: <www.philotozzi.com>.

[22] Tozzi es el coordinador de las siguientes obras colectivas sobre estas “nuevas prácticas filosóficas: L´oral argumentatif en philosophie (CRDP de Languedoc-Roussillon, 1999), Diversifier les formes d´écriture philosophique (CRDP de Languedoc, 2001), Nouvelles Pratiques Philosophiques en classe : enjeux et démarches (CRDP de Bretagne, 2002), L´éveil de la pensée réflexive à l´école primaire (Hachette, 2002), La discussion philosophique à l´école primaire : Pratiques-Formations-Recherches (CRDP de Languedoc, 2002), Les activités à visée philosophique en classe. Emergence d´un genre ? (CRDP de Bretagne, 2003), Philo à tous les étages (3e colloque sur les nouvelles pratiques philosophiques) (CRDP de Bretagne, 2004).

[23] Por ejemplo, Enseigner par le débat fue editado por el CRDP de Bretagne en el año 2002.

[24] El próximo coloquio, el quinto, se celebrará el 1 y el 2 de abril del 2005 en Poitiers y tendrá carácter europeo. El objetivo de estos congresos anuales consiste en difundir las diferentes prácticas que se están desarrollando tanto dentro del sistema educativo (educación infantil y primaria, secundaria, bachillerato, formación profesional, educación de adultos, educación compensatoria, escuelas de magisterio, universidades, aulas de la experiencia) como fuera de él (formación de adultos, asociaciones, cafés filosóficos,…). (Más información sobre este 5ème Colloque Européene sur les Nouvelles Pratiques Philosophiques en <www.europhilo.org>). El primer Colloque Nacional sur les Nouvelles Pratiques Philosophiques se celebró el 25 y el 26 de abril del año 2001, en París; el segundo tuvo lugar el 22 y el 23 de mayo del 2002, en Rennes; el tercero se celebró el 4 y el 5 de junio en Nanterre (y lo organizó Óscar Brenifier) y el cuarto fue el 26 y 27 de mayo, en Caen,  y asistieron más de 120 personas. Posteriormente, de cada uno de los coloquios se ha publicado un libro con las mejores comunicaciones. Puede encontrarse más información sobre los coloquios anteriores en la web de pratiques philosophiques, en <http://pratiquesphilo.free.fr>.

[25] Llamamos filósofo práctico a aquel filósofo que aplica sus conocimientos teóricos en la práctica a través de una serie de técnicas y estrategias, tanto individualmente (orientación individual), como grupalmente (cafés filosóficos, talleres filosóficos), como institucionalmente (diálogos socráticos, otras técnicas aplicables en el mundo de la empresa y en la administración), como mediáticamente (revistas, programas de radio y televisión). Existe un movimiento internacional muy consolidado de filósofos prácticos que cada dos años organiza un congreso internacional. Brenifier ha presentado comunicaciones y talleres en los dos últimos congresos: el 6º, celebrado en Oslo en el 2001, y en el 7º, que tuvo lugar en Copenhague en el 2004. El próximo congreso se celebrará en Sevilla en el año 2006 y está siendo coordinado por José Barrientos y Gabriel Arnaiz. Asimismo, el reciente campo de la Filosofía Práctica paulatinamente va asentándose en el entorno académico: el próximo curso escolar, la Facultad de Filosofía de la Universidad de Sevilla acogerá el I Máster en Filosofía Práctica. Para ampliar información sobre el próximo Congreso y el Master, consúltese la web de ETOR, <www.grupoetor.org>.

[26] Revista decana en su género que tiene una tirada de unos 10.000 ejemplares. Su dirección web es <www.filosofiemagazine.nl>.

[27] Revista de periocididad trimestral editada por Jeremy Stangroom y Julián Baggini, de libre consulta en <www.philosophers.co.uk>.

[28] Actualmente, podemos encontrar en Francia emisiones filosóficas de radio en el programa “Les vendredis de la philosophie”, de France Culture, de 9 a 10 de la mañana. Es posible consultar abundante información sobre el tema que va a tratarse, sobre la bibliografía recomendada e incluso escuchar en la propia página web de la emisora el programa emitido, en <http://www.radiofrance.fr/chaines/france-culture2/emissions/vendredis/archives.php>. También se difunden por distintas emisoras de radio las conferencias que Michel Onfray lleva impartiendo durante varios años sobre su particular visión de la historia de la filosofía en la Universidad Popular de Caen -que el mismo ha creado en octubre del año 2002-. (Más información en su página web: <http://perso.wanadoo.fr/michel.onfray>). En el mundo anglosajón, el decano de los programas filosóficos de radio es Philosophy Talk dirigido por Ken Taylor y John Perry, de la Universidad de Stanford. Más información en la web de <www.philosophytalk.org>. Pero no sólo se han creado programas de contenido filosófico en la radio. En Estados unidos, existe un programa filosófica de televisión en directo, titulado No dogs or philosophers allowed, (<www.nodogs.org>), dirigido por Ken Knisely, que ha permanecido en antena durante cinco temporadas y del que se han emitido hasta el momento más de cien programas. Estos programas se utilizan como material didáctico en más de cien universidades americanas. Recientemente, se han seleccionado de los programas emitidos fragmentos de diez minutos de duración agrupados en bloques temáticos (denominados ThinkBombs) con el objetivo de ser aprovechados pedagógicamente en las clases de filosofía. En Francia, el Centro Nacional de Documentación Pedagógica, el CNDP, posee varias colecciones de filosofía para ser usadas en clase, entre las que destacamos dos: Les Mots de la Philo, compuesta de siete vídeos, en la que se analizan en total más de 22 conceptos filosóficos, unos tres o cuatro por cinta, y Chercheurs de notre temps, donde se expone la filosofía de algún autor contemporáneo de relieve, como Cornelius Castoriadis, Pierre Bordieu, Paul Ricouer o Gilles Deleuze. A su vez,  en Canadá, la Universidad de Laval de Québec ha producido trece vídeos de 27 minutos de duración en donde muestran como desarrollar paso a paso un debate filosófico con un grupo de niños. (Más información en <www.fp.ulaval.ca/philoenfant>). Por su parte, en Gran Bretaña, Alain de Botton, autor del libro Las consolaciones de la filosofía (Taurus, 2001), presentó en el 2000, en el canal británico de televisión Channel Tour, seis programas de vídeo de treinta minutos de duración titulados Philosophy: A Guide to Hapiness en los que, de forma desenfadada y muy entretenida, acercaba el pensamiento de algunos de los más grandes autores de la historia de la filosofía, como Schopenhauer, Nietzsche, o Montaigne, al público en general, mostrando en qué medida la filosofía de estos autores puede ayudarnos a encarar nuestros problemas cotidianos. Puede consultarse más información en su página web, <www.alaindebotton.com> y en la de la productora que ha creado, <www.senecaproductions.com>, donde leemos que están proyectando realizar más vídeos de contenido filosófico relacionados con la temática de sus últimos libros (El arte de viajar, y Ansiedad por el estatus).

[29] Para más información, se puede consultar en Internet algunos fragmentos del proyecto, que también se denominó Vilain Petit Canard, en <http://perso.wanadoo.fr/ben.j/canard/cadrecanard.htm>.

[30] Oscar Brenifier ha publicado dos artículos en los que explica la metodología que aplica en su práctica individual, traducidos también por Gabriel Arnaiz, y publicados en el número dos de la Revista ETOR: “La consulta filosófica. Los principios” y “La consulta filosófica. Las dificultades”.  Para más información, pueden consultarse la siguiente web en Internet <www.grupoetor.org>.

[31] El Grupo ETOR (Educación, Tratamiento y Orientación Racional) está compuesto por un grupo de filósofos (José Ordoñez, José Barrientos -<www.josebarrientos.net>-, Francisco Macera, Diego Curiel, Francisco Barrera -<www.orientadorfilosofico.es.vg>-, Francisco Pacheco, Miguel Valero, Jesús Baroni y Gabriel Arnaiz) vinculados con la Asociación X-XI y con la Facultad de Filosofía de la Universidad de Sevilla. ETOR Ha sido pionero en la introducción en España de lo que internacionalmente se conoce como Filosofía Práctica, y llevan trabajando sobre este nuevo campo de la filosofía (orientación filosófica individual, cafés filosóficos, talleres de filosofía, etc) desde el año 2000. Entre las numerosas actividades en las que el grupo se encuentra embarcado podemos destacar: 1) La edición de la Revista ETOR, que es actualmente, la única revista en lengua española sobre filosofía práctica, su periodicidad es semestral y llevan publicados ya cinco números; 2) La organización de las Jornadas de Medicina y Filosofía (<www.medicinayfilosofia.org>); 3)  La organización y docencia de varios seminarios, como el de “Metodología para la interpretación e integración de la vida cotidiana”, y cursos de libre disposición en la Universidad de Sevilla: sobre la “Filosofía aplicada a la vida cotidiana”, “La Filosofía y su aplicación en la sociedad” y “Método racional de autointerpretación e integración”; 4) La edición del libro de José Barrientos Rastrojo Introducción al asesoramiento y a la orientación filosófica; 5) La creación de una página web sobre las actividades del grupo: <www.grupoetor.org>; 5) La creación y mantenimiento de un foro electrónico hispanoamericano de intercambio de información: FIACOF (Foro internacional para el Asesoramiento, la Consultoría y la Orientación filosófica) en <http://es.groups.yahoo.com/group/FIACOF>;  6) El mantenimiento de una bitácora sobre filosofía práctica, <www.blogia.com/filosofiapractica>; 7) La organización del I Congreso Iberoamericano sobre Orientación Filosófica; 8) La organización del I International Retreat on Contemplative Philosophy: Sophia; 9) La preparación de la 8th Internacional Conference on Philosophical Practice, 10) La preparación del I Máster de Filosofía Práctica; además de 11) La organización de diversos cafés filosóficos, talleres de filosofía, cursos, diálogos socráticos y orientación filosófica.

[32] Es posible que en breve sean traducidas alguna de las dos colecciones de Brenifier en nuestra lengua. Puede que podamos disfrutar de su savoir faire incluso este mismo curso escolar.

[33] Los títulos aparecidos hasta el momento son: 1) La consciencia, el inconsciente y el sujeto, 2) La opinión, el conocimiento y La verdad, 3) la razón y la sensación, 4) El arte y la belleza, 5) El Estado y la sociedad, 6) La libertad y el determinismo, 7) El tiempo y la existencia, y 8) El trabajo y la técnica.

[34] Hasta ahora han aparecido en el mercado cinco títulos: “¿Qué son los sentimientos?”, “¿Qué es la vida?”,“¿Qué está bien y que está mal?”, “¿Qué es el conocimiento?” y “¿Quién soy yo?”.

[35] Recordemos que, aparte de las novelas de Lipman dedicadas a los más pequeños (como Kío y Gus, Pixie, Elfie, etc.), indicadas más bien para el trabajo en el aula, únicamente disponemos en español de la reciente colección de Piruletas de Filosofía (SM, 2002).  Nuevamente, son una pareja de autores franceses -Brigitte Labbé y Michel Puech- quienes se encargan de incitar a la reflexión a niños a partir de ocho años (aunque yo, personalmente, considero que los libritos, de unas cuarenta páginas, están más bien destinados a chavales más mayores, entre los 10 y los 12 años) con ocho títulos sobre cuestiones tan atrayentes como el tiempo, el trabajo y el dinero, la guerra y la paz, la vida y la muerte, los chicos y las chicas, la verdad y la mentira, el bien y  el mal, o la justicia.

[36] El éxito del producto es tal, que Mobi-Clic actualmente lleva publicados 68 números (en diciembre de 2004). Más información en la siguiente web: <http://www.milanpresse.com/mobiclic>.

[37] El mundo de Sofía (Anaya Interactiva, 1998), Viaje por el pensamiento (Digital Dreams Multimedia, 1997), La Aventura del pensamiento (Investigación y Desarrollo Multimedia, 1996), Diccionario de Filosofía (Herder, 1997).

[38] Gabriel Arnaiz también ha traducido varios artículos de Óscar Brenifier (“La consulta filosófica. Los principios”, “La consulta filosófica. Las dificultades”, “Los cafés filosóficos” y “Sobre el Diálogo Socrático”) y ha pubicado otros artículos de temática similar (una reseña de las obras de Brenifier titulada “Oscar Brenifier: El mago de los cafés filosóficos”, un artículo sobre “La introducción a los Cafés filosóficos. Relato de una experiencia”, etc.) en diferentes números de la Revista ETOR. Pueden consultarse libremente en <www.grupoetor.org>.

[39] Para ampliar información sobre la Filosofía Práctica en castellano, puede consultarse la bitácora, <www.blogia.com/filosofiapractica>.